martes, 4 de septiembre de 2012

Colombia: Comienza nuevo proceso de paz entre el gobierno y la guerrilla


El proceso, que se encuentra en una fase exploratoria, incluye a las FARC, pero no se descarta una futura participación del ELN

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[NEGOCIACIÓN]
El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció la noche del pasado lunes 27 de agosto, que su gobierno se encuentra en conversaciones exploratorias para dar inicio a un diálogo de paz con los insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, proceso que puede hacerse extensivo al Ejército de Liberación Nacional.

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El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, durante su declaración a la prensa en Bogotá (Colombia). El presidente Santos confirmó los acercamientos para entablar diálogos de paz con las FARC y señaló que el ELN también puede hacer parte de este proceso






Tras cumplirse 10 años del final del último proceso de negociación fallido entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno colombiano, encabezado por el en aquel entonces Presidente, Andrés Pastrana, el actual mandatario neogranadino, Juan Manuel Santos, anunció de manera oficial que su gobierno ha sostenido “conversaciones exploratorias” con las FARC, con el propósito de iniciar un proceso de negociación que permita la firma de un acuerdo de paz, el cual pondría fin a más de cinco décadas de conflicto armado e insurgencia en Colombia, y al que se está promoviendo que se sume el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este anuncio representa un giro de 180 grados respecto a la postura de su antecesor Álvaro Uribe Vélez (de quien fue su Ministro de Defensa), quien abogaba por el combate frontal hasta lograr la derrota militar definitiva y la rendición incondicional de los insurgentes, en el marco de la política de la seguridad democrática. Asimismo hay que resaltar que el proceso de prenegociación se desarrolló de manera secreta desde febrero de este año, y que el anuncio formal se hace previo a las elecciones en Venezuela y EEUU.

Los puntos del acuerdo de negociación

El acuerdo que constituye el mecanismo mediante el cual se regirán las negociones de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, contempla que ambas partes coinciden en que “la búsqueda de la paz es una obligación”, estableciendo una mesa de conversación, que será instalada de manera pública, transcurrido un mes después de haberse hecho conocer el acuerdo, en la ciudad de Oslo, Noruega, y cuya sede principal será ubicada en la ciudad de La Habana, Cuba, sin excluir la posibilidad de que la mesa sesione en otros países. Dentro del texto se señala de manera explícita que la colaboración internacional es clave para el buen desarrollo de las conversaciones, para lo cual fungirán como garantes del proceso los gobiernos de Noruega y Cuba, mientras que los gobiernos de Venezuela y Chile prestarán su apoyo como acompañantes. Asimismo, contiene seis puntos dentro de la agenda de conversaciones: 1) Desarrollo agrario, 2) Participación política, 3) Regulación del fin del conflicto (que incluye la entrega de armas, la reinserción a la vida civil de los insurgentes y la revisión de procesos penales que se siguen contra miembros de las FARC), 4) Solución al problema de las drogas ilícitas, 5) El resarcimiento a las víctimas y 6) Los mecanismos de implementación y verificación de los acuerdos a los que se llegue. Del mismo modo, contempla las respectivas reglas de funcionamiento de la mesa de conversaciones.

Santos: La paz como garantía de reelección

En el marco de un procedimiento mucho más formal que el implementado durante el gobierno de Andrés Pastrana, y tomando en cuenta la evidente superioridad militar del Estado colombiano, elementos que podrían facilitarle a Juan Manuel Santos el éxito de este proceso, y más la posibilidad de que el ELN también se sume a la negociación, Santos podría pasar a la historia no sólo como el Presidente de Colombia que trajo la paz a Colombia tras cinco décadas de conflicto armado, sino que pudo hacerlo sosteniendo el crecimiento de la economía. La bandera de la paz se convertiría en su principal tema de campaña electoral de cara a los comicios presidenciales de 2014, y cualquier muestra, por más pequeña que sea, que den las FARC (y el ELN si se suma) de tener un compromiso en lograr la paz, le garantizarían no sólo la reelección, sino la continuidad de su proyecto político frente a las arremetidas del uribismo, que cada vez es más crítico con él.

FARC: Buscando legitimidad para su causa

Tras la muerte de Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”, en 2008, se produjo una división dentro de las FARC, surgiendo un ala predominantemente ideológica, mucho más ganada a la idea de una solución negociada al conflicto, y el ala militarista, defensora de la conquista del poder a través de la lucha armada. La superioridad militar del Estado colombiano en la última década, adquirida gracias al gobierno de Álvaro Uribe Vélez, más las innumerables bajas que ha sufrido el alto mando de las FARC en los últimos 4 años, y el acercamiento del gobierno de Venezuela, encabezado por Hugo Chávez, muy cercano a los insurgentes, con el gobierno colombiano, tras la llegada al poder de Juan Manuel Santos, son factores que deben haber provocado que el ala ideológica terminara imponiéndose sobre el ala militarista. En ese sentido, este proceso de negociación permitiría a las FARC deslastrarse de su imagen de grupo criminal y terrorista involucrado en el narcotráfico, convirtiéndose en un interlocutor político nacional ante el gobierno colombiano, gracias a la legitimidad que les otorga el formar parte de un proceso formal de negociación. Asimismo, podrían garantizar no sólo el indulto ante algunos delitos que hayan cometido, sino también evitar ser extraditados a los EEUU, reinsertándose en la vida civil, y eventualmente convertirse en un partido político, tal como lo hizo la guerrilla del M-19 en su oportunidad.




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"Los colombianos pueden confiar plenamente en que este gobierno está obrando con prudencia, seriedad y firmeza, anteponiendo siempre el bienestar y la tranquilidad de todos los habitantes". Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia

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"¿Qué es lo que se va a negociar? ¿Vamos a negociar con los padres de las violaciones de los Derechos Humanos que son estos terroristas? Eso es inadmisible, este es un país democrático". Álvaro Uribe Vélez, Ex Presidente de Colombia

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Álvaro Uribe puede ser la piedra en el zapato (y razones no le faltan)

Quizás la gran piedra en el zapato para este nuevo proceso de paz en Colombia será el ex Presidente Álvaro Uribe Vélez, antecesor en el cargo de Juan Manuel Santos, y quien se ha convertido en su principal opositor. Una semana antes del anuncio efectuado por Santos, Uribe ya había revelado que representantes del gobierno de su sucesor se encontraban negociando con las FARC en Cuba. Sus críticas, que hasta ahora se habían centrado en el deterioro de los índices de seguridad en Colombia y su acercamiento hacia el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ahora se ven aderezadas por acusaciones de ser permisivo con la guerrilla de las FARC e ignorar las condenas que pesan contra ese grupo insurgente, acusado por la Unión Europea y Estados Unidos de ser terroristas. Del mismo modo, aunque reconoció que en otros países procesos de diálogo similares han tenido éxito, recalcó que en Colombia la situación es diferente, porque tras dos años de gobierno de Santos, la guerrilla ha recrudecido sus acciones.

También sumó a sus punzantes críticas al Fiscal General de Colombia, Eduardo Montealegre, a quien acusó de estar dando malos ejemplos, tras éste haber declarado que prefería ver a alias “Timochenko”, líder de las FARC, sentado en el Congreso de la República, que disparando contra civiles. Uribe le conminó a cumplir con su obligación de llevar a la cárcel a todos los delincuentes.




Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 Número 100 / 2 de Septiembre de 2012

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