lunes, 24 de septiembre de 2012

China y Japón reabren viejas heridas: La disputa por las islas Senkaku/Diaoyu


El territorio en disputa es rico en recursos pesqueros, y se presume la presencia de grandes yacimientos de petróleo y gas en su lecho marino

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[SOBERANÍA]
China y Japón se disputan desde décadas el control de las islas Senkaku/Diaoyu, que se encuentran deshabitadas y con apenas 6 km2 de territorio, pero que se presume son ricas en hidrocarburos. La tensión se reavivó luego del anuncio del gobierno japonés de comprar las islas a sus actuales dueños privados

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Policías antidisturbios chinos intentan impedir la entrada de manifestantes a la embajada de Japón en Beijing, China, durante una protesta efectuada el 15 de septiembre. En más de 100 ciudades chinas se han convocado protestas para reclamar la soberanía de las islas Senkaku/Diaoyu.





El archipiélago en disputa, llamado Senkaku por los japoneses y Diaoyu por los chinos, se compone de 8 islas deshabitadas, cuya extensión territorial es de 6 km2, ubicadas al sur de Okinawa y al noreste de Taiwán, justo en el mar de China Oriental. Tras el anuncio de Tokio de comprar tres de estas islas, que se encontraban en manos de privados, y “nacionalizarlas” en las vísperas del aniversario de la invasión japonesa a Manchuria, el gobierno chino decidió enviar 6 buques patrulleros a navegar cerca de las costas del archipiélago para “reafirmar la jurisdicción china”. Esto ha traído como consecuencia la exacerbación del sentimiento nacionalista de ambas naciones, lo que ya comienza a transformarse en una peligrosa seguidilla de provocaciones, que van desde manifestaciones populares frente a las embajadas e intentos de asalto, hasta declaraciones de altos funcionarios de ambos gobiernos demasiado subidas de tono.

La importancia estratégica del archipiélago

La disputa territorial entre Beijing y Tokio tiene lugar dentro de una zona del Océano Pacífico en la cual China intenta imponer su poderío como potencia mundial y disputarle la hegemonía a EEUU. En la última década China ha sostenido disputas con Vietnam, Filipinas y Malasia por el control de islas en el mar de China Meridional, justamente donde se encuentran ubicadas las islas Senkaku/Diaoyu. En toda esta zona de mar de China Meridional se encuentran grandes yacimientos de petróleo y gas, es rica en recursos pesqueros, y por allí pasan algunas de las rutas más importantes del comercio marítimo mundial.

¿Habrá una tercera guerra entre China y Japón?

Aunque Japón, en medio de su situación de potencia en decadencia, sienta envidia de China por su enorme ascenso económico, político y militar, lo que le motivaría a luchar por mantener sus áreas de influencia frente a los chinos, y aunque China siempre guarde rencores contra Japón por las humillaciones que le propinó en el pasado, lo que impulsa deseos de venganza contra los nipones, todo parece indicar que prevalecerá la contención. Actualmente Japón es el mayor socio comercial de los chinos, mientras que China es el segundo socio comercial de los nipones, por lo que antes de optar por un enfrentamiento mucho más directo, diplomático y posteriormente militar, antes los líderes de ambas naciones sacarán sus cuentas y tomarán en cuenta las repercusiones económicas y militares que dichas acciones generarían. Asimismo, la magnitud del choque nacionalista que actualmente viven ambos países dependerá también en buena medida de la postura que termine adoptando EEUU, que ha optado, por los momentos, por mantenerse neutral, primero para evitar una confrontación mayor, que sería resultado de ponerse del lado de alguno de ellos, y segundo para no enturbiar el ambiente de las elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre.  Por otra parte, el archipiélago en disputa, que se encuentra bajo el control administrativo de Japón, se encuentra amparado por el Tratado de Cooperación y Seguridad Mutua entre Japón y EEUU, por lo que de producirse un ataque armado de China contra las islas, EEUU estaría obligado a defenderlas junto con Japón, ya que el artículo 5 del tratado establece que un ataque armado contra cualquiera de los dos, se considerará un ataque contra ambos, por lo que China lo pensaría muy bien antes de aventurarse en una empresa tan arriesgada.

Los gobiernos de ambos países sacan provecho de la crisis

El haber reavivado la disputa por las islas le ha resultado muy oportuna tanto al gobierno de China como al de Japón, debido a los problemas de inestabilidad política que enfrentan, permitiéndoles activar el sentimiento nacionalista de la población y poder así desviar la atención de los problemas internos de cada uno de los países. En China, el Partido Comunista ha enfrentado varios escándalos este año, entre los que destaca el de Bo Xilai, ex Alcalde de Chongqing y hombre fuerte de la organización, quien está presuntamente implicado en un asesinato; por otra parte, crecen las disputas internas dentro del Partido Comunista, de cara a su XVIII Congreso, en el que se elegirá al sucesor de Hu Jintao como Presidente de China, y que hasta ahora no tiene fijada fecha para su celebración. Por su parte en Japón, aún afectado por las secuelas que dejó el terremoto y el tsunami de 2011, y la crisis de la planta nuclear de Fukushima, su gobierno enfrenta una crisis política que le ha provocado debilidad e inestabilidad.




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“La decisión de Japón de comprar las islas Diaoyu es un sinsentido. Japón debe controlar su comportamiento y detener todas las palabras y actos que minan la soberanía y la integridad territorial de China”. 
Xi Jinping, Vicepresidente de China

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"Comprendo las profundas heridas que sufrió China durante la Segunda Guerra Mundial, pero, al mismo tiempo, no podemos vivir en el pasado". 
Leon Panetta, Secretario de Defensa de EEUU

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“Japón adoptará todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de las Senkaku. Le he ordenado al Gabinete que haga todo lo posible para proteger a los ciudadanos japoneses que viven en China” 
Yoshihiko Noda, Primer Ministro de Japón

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Una enemistad histórica

El odio que sienten chinos y japoneses entre sí se remonta a finales del siglo XIX, y tiene su causa fundamental en las dos grandes guerras en las que se enfrentaron ambas potencias asiáticas: la primera guerra chino-japonesa por el control de la península de Corea, entre los 1894 y 1895, en la que resultaron vencedores los japoneses, y la segunda guerra chino-japonesa, cuya causa se ubica en el incidente Mukden de 1931, que propició la invasión japonesa a Manchuria y la creación del Estado títere del Manchukúo, pero que no estalló sino hasta 1937, y que se prolongaría hasta 1945, cuando se produce la rendición nipona ante EEUU tras el fin de la Segunda Guerra Mundial (IIGM). En el caso de las islas Senkaku/Diaoyu, actualmente bajo administración japonesa, la disputa territorial por el archipiélago tiene su origen en el año de 1895, cuando Japón decide anexionar las islas para instalar un planta procesadora de atún, la cual quebró en 1940, volviendo a quedar deshabitadas las islas. Entre 1945 y 1972 el archipiélago estuvo bajo administración de los EEUU, primero tras la ocupación norteamericana de Okinawa durante la IIGM y posteriormente tras la renuncia japonesa a su soberanía sobre ese territorio como parte de los tratados de paz que pondrían fin a la guerra. Las islas regresarían al control japonés en 1972, tras la firma con EEUU del tratado de reversión de Okinawa. Tras la firma del tratado y la retirada estadounidense de las islas, tanto China como Taiwán reclaman su soberanía sobre el archipiélago. China alega que descubrió las islas en el siglo XIV, y reconoce que algunas islas del grupo pertenecen a Taiwán, a pesar de las amplias diferencias que mantiene con ese país al que considera una “provincia rebelde”. Por su parte Japón sostiene que las Senkaku/Diaoyu forman parte de la prefectura de Okinawa y rechazan las reclamaciones chinas, así como cualquier acuerdo entre Beijing y Taipei sobre ellas.







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