De acuerdo a cálculos de
distintas organizaciones internacionales, van más de 13 mil muertos luego de 15
meses de conflicto interno
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[BAÑO
DE SANGRE]
Hace casi dos meses muchos tuvieron una pequeña luz
de esperanza de lograr la paz en Siria cuando Bashar Al Assad se comprometió a
implementar el plan de 6 puntos presentado por Kofi Annan. La masacre de Hula
el pasado viernes demostró que Assad se valió de la buena fe de Annan para
ganar tiempo.
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Imagen distribuida
por la plataforma de ciudadanos sirios Houla Media Center que muestra cuerpos
cubiertos en mortajas blancas, supuestamente asesinadas en la masacre
de Hula, provincia de Homs, Siria, acaecida el viernes 25 de mayo.
En marzo de 2011 comenzaría
en Siria una revuelta popular para exigir la renuncia de Bashar Al Assad, quien
gobierna ese país desde el año 2000, cuando heredó el poder de su padre Hafez,
que gobernó la nación árabe desde 1971. A principios del mes de abril, luego de
meses de sangrienta represión, muchos creyeron ver una pequeña luz de esperanza
cuando Kofi Annan, Premio Nobel de la Paz y ex Secretario General de las
Naciones Unidas, cumpliendo su misión de enviado especial de la ONU y la Liga
Árabe, logró convencer, no sólo a EEUU y la Unión Europea de la implementación
de su plan de paz para Siria, sino que además ganó el apoyo de Rusia y China,
forzando a Bashar Al Assad a comprometerse en un plan de 6 puntos cuyo
principal objetivo era lograr un cese al fuego y sentar a las partes en
conflicto a negociar. Sin embargo, la gran mayoría dudaba de la viabilidad de
este propósito, ya que durante repetidas ocasiones se evidenció la falta de
disposición del presidente Assad de alcanzar una salida pacífica y negociada a
la crisis. La masacre perpetrada en la ciudad de Hula el pasado viernes 25 de
mayo, donde murieron más de 100 personas, 30 de ellas niños, y resultaron
heridas más de trescientos sirios, terminó demostrando que Assad se aprovechó
de la buena fe y de los esfuerzos de Kofi Annan para ganar tiempo en su favor,
provocando una amplia condena internacional y la reevaluación de la estrategia
a implementar para poner fin a esta prolongada crisis y traer la paz a Siria.
La
transición que no llega
Una propuesta que ha sido
bien vista de manera amplia en el sistema internacional, es la implementación
de un plan que permita organizar una transición similar a la que se está
llevando a cabo en Yemen. Allí, gracias a la mediación del Consejo de
Cooperación del Golfo, se logró que el gobierno y la oposición yemení acordaran
una salida negociada al conflicto, la cual consistió en garantizar inmunidad
para el Presidente Saleh cuando renunciara al cargo, y la implementación de un
gobierno de unidad nacional, con participación paritaria de la oposición y
encabezado por el vicepresidente de Saleh, el actual Presidente Mansur Hadi,
hasta la realización de elecciones libres. Sin embargo para poder lograr la
implementación de una salida como esta, tiene que haber, además de un grado de
igualdad de fuerzas entre ambas partes, disposición al diálogo para hacer
posible una negociación. Asimismo, el gobierno de Assad ha mostrado un alto
nivel de cohesión, dificultando la deserción hacia la oposición de altos
funcionarios, impidiendo a las fuerzas armadas en un momento determinado retirar
su apoyo a Assad para forzar un cambio de régimen, tal como ocurrió en Túnez y
Egipto.
Expulsión
de embajadores ¿Preludio de la intervención militar?
Tras la masacre de Hula,
varios países anunciaron la expulsión de los embajadores, encargados de
negocios y demás personal diplomático de Siria. Hasta el momento de escribir
estas líneas, han hecho efectiva esta medida Alemania, Australia, Canadá, EEUU,
España, Francia, Holanda, Italia, Japón, Reino Unido y Turquía. Esta medida,
bastante fuerte desde el punto de vista diplomático, pudiera entender como el
preludio para la implementación de una acción mucho más contundente que las
llevadas a cabo hasta ahora, la cual pudiera ser una intervención militar. Si
tomamos como precedente la intervención en Libia, unas semanas antes de la
aprobación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que la hizo
efectiva, las potencias occidentales habían tomado la decisión de expulsar a
los diplomáticos libios; las declaraciones del Presidente de Francia, François
Hollande, del Ministro de la Defensa de Bélgica, Pieter de Crem, y el Ministro
de Asuntos Exteriores de Australia, Bob Carr, que se manifestaron favorables a
una intervención militar en Siria avalada por el Consejo de Seguridad de la ONU,
hacen pensar que esta es una opción más cercana, pero que no serpa posible
hasta que se logre convencer a Rusia y China, los principales aliados del
régimen de Assad en este momento, y miembros permanentes del Consejo de
Seguridad, de no impedir su implementación.
La
muralla china-rusa que protege a Assad
Los gobiernos de Rusia y
China, tras la experiencia de la intervención de la OTAN en Libia autorizada
por el Consejo de Seguridad de la ONU gracias a que ambos países no ejercieron
su derecho a veto, se han convertido en una verdadera muralla defensiva del
régimen de Assad. Desde el inicio del conflicto, Assad ha contado con un apoyo
mucho mayor del Kremlin del que recibió Gaddafi en su momento. Esto se debe a
que Damasco y Moscú son aliados y socios comerciales desde la época de la Unión
Soviética, incluso, hay una base naval rusa en Siria. Por su parte China,
aliada circunstancial de Rusia, apoya esta postura como parte de los objetivos
de política exterior que ha diseñado Beijing con el propósito de aumentar su
influencia a nivel global y frenar el crecimiento del poder de EEUU. En ese
sentido, con las recientes insinuaciones de Occidente que buscan promover una
intervención armada en Siria, tanto Rusia como China se han mostrado opuestas a
esta posibilidad, negándose a forzar un cambio de régimen en Siria.
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"La intervención
armada en Siria no está excluida a condición de que se haga mediante una
decisión del Consejo de Seguridad. Hay
que convencer a China y a Rusia".
François Hollande, Presidente de
Francia.
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“Rusia bloqueará en
el Consejo de Seguridad de la ONU cualquier iniciativa que plantee una
intervención militar en Siria”.
Guennadi Gatílov, Viceministro de Relaciones Exteriores
de Rusia.
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El presidente de Siria, Bashar Al Assad (derecha), y el enviado especial
de la ONU y de la Liga Árabe, Kofi Annan, durante una reunión que sostuvieron
en el palacio presidencial sirio ubicado en Damasco, capital de ese país. Annan está intentando
salvar su plan de paz en el país, que estipulaba un alto el fuego, el cual no
ha sido respetado
Venezuela
contribuye con diesel a la masacre en Siria
A partir de su triunfo
electoral en las elecciones presidenciales de 2006, el Presidente de Venezuela,
Hugo Chávez, ha profundizado la visión antioccidental que ha caracterizado su
política exterior. En ese sentido, y manteniendo coherencia con esa visión, ha
ofrecido su respaldo a varios de los líderes del Medio Oriente que han sufrido
protestas populares en su contra y que han sido objeto de sanciones debido a la
sangrienta represión que implementaron para aplacarlas. Y así como defendió y
apoyó al muerto y derrocado dictador de Libia Muammar Gaddafi, hoy respalda al
Presidente de Siria, Bashar Al Assad, a quien una vez condecoró con la Orden
del Libertador en su primera clase, y le obsequió una de las tantas réplicas de
la Espada de Bolívar, símbolo majestuoso que ha terminado convirtiéndose en el
machete que se le regala a los carniceros del mundo. El pasado 23 de mayo
llegaría a bordo del tanquero “Negra Matea” el tercer cargamento de diesel
venezolano a Siria; según una declaración del Ministro de Energía y Petróleo y
Presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, en el último año se le han enviado 600 mil
barriles de diesel a ese país, y no conforme con eso, expresó que el gobierno
venezolano estaba dispuesto a enviar aún más. Esta ayuda venezolana no sólo
brinda oxígeno al régimen de Bashar Al Assad, facilitándole el hacer frente a
las duras sanciones impuestas en su contra por la Liga Árabe, EEUU y la Unión
Europea, sino que además contribuye con la brutal represión en contra del
pueblo sirio, ya que los tanques del ejército, los mismos que se usaron para
matar a más de 100 personas, 30 de ellas niños, en la masacre de Hula,
perpetrada el pasado 25 de mayo, funcionan gracias al diesel venezolano.
Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 Número 87 / 3 de junio de 2012
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