Su antecesor, Alí Abdalá
Saleh, fue el cuarto mandatario árabe en salir del poder tras el estallido de
las revueltas populares en el mundo árabe
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[PLANIFICADO]
Quien hasta hace poco fuera
el vicepresidente del régimen de Alí Abdalá Saleh, fue ratificado en las urnas
para tomar las riendas del país de acuerdo con un plan de transición elaborado
por el Consejo de Cooperación del Golfo, apoyado por los EEUU y aprobado por la
mayoría de los sectores de la oposición yemení
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Un nutrido grupo de yemeníes
manifiestan su apoyo al candidato presidencial Abed Rabbo Mansour Hadi, cuyo
retrato se puede apreciar al fondo, en la ciudad de Saná, la capital de Yemen,
un día antes de las elecciones
Este martes se llevó a cabo
en Yemen, el país más pobre del Medio Oriente, una jornada electoral en la que
10 millones de yemeníes quienes, evadiendo la violencia que aún no desaparece
de las calles de las ciudades de ese país, fueron convocados a las urnas para
votar en un plebiscito con el objetivo de apoyar al candidato único pactado
entre las fuerzas opositoras y el gobierno para convertirse en el sucesor de
Alí Abdalá Saleh, quien no es otro que Abded Rabbo Mansur Hadi, su antiguo
vicepresidente.
El
cuarto en caer
Alí Abdalá Saleh, quien
gobernó Yemen del Norte desde 1978, y todo el país tras su reunificación en
1990. Tras unas largas y sangrientas revueltas populares que estallaron en el
mes de febrero de 2011, las cuales no pudo aplacar, primero prometiendo que
entregaría el poder en el año 2013 y que no lo traspasaría a su hijo Ahmed
Saleh, y posteriormente ejerciendo una represión indiscriminada y masiva
contras las manifestaciones opositoras, las cuáles llegarían a su cénit el 3 de
junio de 2011, cuando fuerzas tribales opositoras realizaron un ataque con obús
contra el Palacio Presidencial ubicado en la capital Saná, en el que Saleh
resultó severamente afectado, con quemaduras en 40% de su cuerpo, una
hemorragia en el cráneo y un colapso pulmonar, lo que lo obligó a salir del
país rumbo a Arabia Saudita para recibir tratamiento médico y permaneciendo
allí hasta el 23 de septiembre, cuando se inicia un nuevo proceso de
negociación, en el marco de la iniciativa de transición promovida por el
Consejo de Cooperación del Golfo que finalmente le llevó a entregar el poder a su
vicepresidente, Abded Rabbo Mansour Hadi el 22 de noviembre de 2011, para luego
trasladarse a los EEUU para continuar con su tratamiento médico. Así, Alí
Abdalá Saleh se convirtió en el cuarto mandatario de un país musulmán en
abandonar el poder como consecuencia de las revueltas árabes, luego de Zine El
Abidine Ben Alí de Túnez, Hosni Mubarak de Egipto y Muammar Gaddafi de Libia.
El
plan de transición del Consejo de Cooperación del Golfo
Tres veces anunció Alí
Abdalá Saleh que firmaría un acuerdo con la oposición para entregar el poder e
iniciar una transición política pacífica en Yemen elaborado por el Consejo de
Cooperación del Golfo y avalado por los EEUU y la Unión Europea, y tres veces
se arrepintió en el último minuto de firmarlo. Pero finalmente terminó firmando
el acuerdo el 22 de noviembre de 2011. El mismo contempló el otorgamiento de
inmunidad judicial por parte del Parlamento de Yemen a Saleh, sus familiares y
altos funcionarios del régimen, el traspaso del poder a su entonces
vicepresidente Abded Rabbo Mansour Hadi, quien tuvo que conformar un gobierno
de unidad compuesto por 50% de miembros del partido de gobierno, 40% de
miembros de la oposición y 10% de otros sectores del país, y la celebración de
elecciones presidenciales 90 días después de la firman del documento.
Elecciones
con candidato único
Oposición y gobierno en
Yemen terminaron acordando que Abded Rabbo Mansour se convirtiera en el
candidato de consenso y único contendiente del proceso de votación, por lo que
la elección presidencial, para un interinato de dos años, terminó
convirtiéndose en un plebiscito, en el que votó un 60% de los 10 millones de
yemeníes con derecho al sufragio en ese país, quienes debieron sortear la
violencia de los separatistas del sur, y los llamados a boicot de los rebeldes Huthi
del norte y de grupos de radicales universitarios. Una de las características
más llamativas de esta elección fue el gran número de mujeres que acudieron a
votar, y cuyas cifras definitivas se conocerán dentro de varios días.
Los
retos para el nuevo gobierno de Yemen
El principal reto que
deberá enfrentar Abded Rabbo Mansour como el nuevo presidente de Yemen será el
de deslastrarse de su imagen de cercano colaborador del régimen de Alí Abdalá
Saleh para poder garantizarse su estabilidad política al frente del gobierno
yemení. Asimismo deberá allanar el camino que haga posible la celebración de
unas elecciones legislativas y la redacción de una nueva constitución en la que
se incluya a todos los sectores y tribus del país, lograr el restablecimiento
de la paz en todo el territorio nacional, mediante el fin de la represión
armada y el cese de las manifestaciones en contra del gobierno. También tiene
por delante las tareas de reconstruir la economía del país más pobre del Medio
Oriente, controlar al movimiento separatista del sur con el que las fuerzas
armadas yemeníes combaten constantemente y enfrentar de manera eficaz a la
franquicia local de la red terrorista Al Qaeda denominada AQPA, responsable del
envío de paquetes bomba a través del correo aéreo a distintas partes del mundo
a finales del año 2010.
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"Dios mediante, me marcharé para mi
tratamiento (médico) en Estados Unidos y volveré a Saná como jefe del partido
Congreso del Pueblo Nacional".
Alí Abdalá Saleh, ex presidente de Yemen
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"Nuestra posición
sigue siendo la misma. Los problemas de Yemen solamente pueden resolverlos los
yemeníes. Las actuales diferencias deben resolverse a través del diálogo".
Jamal
Benomar, Enviado Especial de las Naciones Unidas a Yemen
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Un yemení pinta el
cuerpo de un compañero con los colores de la bandera de Yemen y las
palabras "El nuevo Yemen" durante una protesta para exigir el
enjuiciamiento del presidente yemení saliente Ali Abdalá Saleh, en Saná, 1 día
después de efectuadas las elecciones presidenciales en ese país
Las
organizaciones multilaterales árabes tienen cada vez mayor peso en la
resolución de conflictos
Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 número 73 / 26 de febrero de 2012