sábado, 18 de agosto de 2012

Siria: ¿Caerá o no caerá Bashar Al Assad?


El conflicto que actualmente vive la nación árabe ha sufrido un giro que era impensable dos meses atrás

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[INCERTIDUMBRE]
La deserción del Primer Ministro de Siria, Riad Farid Hijab, quien apenas tenía dos meses en el cargo, hace notar que las fracturas dentro del régimen sirio son cada vez mayores. Y mientras los rebeldes resisten y avanzan en sus posiciones, aumentan las dudas acerca de capacidad de Bashar Al Assad de mantenerse en el poder por más tiempo.

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Un grupo de rebeldes pertenecientes al Ejército Libre Sirio patrullan por las calles de la ciudad de Aleppo






En las últimas semanas los rebeldes sirios han ganado terreno de manera espectacular frente al régimen de Bashar Al Assad, llegando a disputarle el control de dos ciudades estratégicas, Damasco, la capital del país, y Aleppo, la más importante económicamente, forzándole a desproteger las fronteras para defender estos bastiones. Asimismo observamos el fracaso de la misión de mediación del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a Siria, Kofi Annan, quien terminó renunciado a su misión, debido a la falta de voluntad de las partes en conflicto para sumarse a su plan de paz de seis puntos, que buscaba lograr una salida negociada al conflicto y abrir el camino a un proceso de transición. Por otra parte, pese al clamor de la opinión pública mundial, Rusia y China siguen trabando la posibilidad de una intervención directa del Consejo de Seguridad de la ONU en el conflicto, la opción impulsada por Occidente con EEUU a la cabeza, ya que tienen temor de que se repita la experiencia vivida en Libia, donde la OTAN, actuando más allá de su mandato de proteger a los civiles, favoreció el avance de los rebeldes libios, quienes terminaron derrocando a Muammar Gaddafi. Estos acontecimientos parecieran indicar que el desenlace de esta situación está cada vez más lejos de ser por la vía de una transición negociada y cada vez más cerca de un derrocamiento.

Factores internos que indican que el fin está por llegar

Para poder determinar si un régimen autoritario como el sirio está cercano a su fin, primero tenemos que conocer cuáles son las claves de su estabilidad. A medida que esas claves se vulneran, más se acerca el fin. En el caso de Bashar Al Assad, este se sustenta en el poder que ejerce su clan familiar sobre la minoría alauita, la cual controla el gobierno sirio; el apoyo de clanes familiares sunitas, que es el grupo poblacional más grande de ese país; y la unidad y apoyo incondicional tanto de las Fuerzas Armadas como del Partido de gobierno Baaz, que tiene el monopolio sobre el sistema político de Siria.

Deserciones de alto nivel en el gobierno

En ese orden de ideas, el pasado lunes se produjo la deserción política de más alto nivel en lo que va de conflicto. El Primer Ministro, Riad Farid Hijab, quien apenas tenía dos meses en el cargo, renunció y huyó del país hacia Turquía, anunciando previa y abiertamente, su apoyo a la causa rebelde y acusando al régimen de Bashar Al Assad de cometer genocidio, sumándose así al Viceministro de Petróleo, 5 Diputados al Congreso, los Embajadores en Irak, Emiratos Árabes Unidos y Armenia, y el Encargado de Negocios en el Reino Unido.

Se resquebraja la unidad militar

Adicionalmente, cientos de militares con rangos que van desde general hasta soldado raso, han huido del país hacia Turquía o Líbano; entre ellos destacan el General Manaf Tlas, perteneciente al círculo de confianza del Presidente Assad, y su padre, el General Mustafá Tlas, ex Ministro de la Defensa y líder de un clan familiar fundamental para mantener el apoyo sunita al régimen. También hay que destacar al Coronel Riad Al Asad, quien junto a un grupo de militares desertores fundó el Ejército Libre Sirio, que hoy disputa al gobierno el control de las ciudades de Damasco y Aleppo.

Rebeldes mejor armados vs Ejército que controla menos territorio

La superioridad del Ejército de Siria fue un hecho indiscutible hasta hace pocas semanas, la cual se sustentaba en su enorme poder de fuego, tanto por tierra como por aire, frente a los rebeldes del Ejército Libre Sirio, el cual sólo utilizaba pistolas, y en el mejor de los casos, algunos explosivos de fabricación artesanal. Sin embargo, el apoyo logístico ofrecido a los rebeldes por parte de Turquía, Arabia Saudita y Qatar, les ha permitido dar un vuelco a la situación, iniciando con la toma por asalto de bases militares, en las cuales sustrajeron el armamento necesario para librar una lucha mucho más equilibrada, al menos en tierra, frente al Ejército regular, cuyos hombres aún permanecen en su mayoría, por ahora, leales a Bashar Al Assad. Esto hizo posible que los rebeldes incrementaran su radio de acción, desplazándose más allá de los bastiones que mantenían bajo su control al sur del país, avanzando hacia el norte, y conquistar posiciones hasta adentrarse en los barrios de las dos ciudades más importantes de Siria, Damasco y Aleppo, algo impensable tan sólo hace un par de meses atrás, y donde hoy se efectúan los más intensos combates, forzando incluso al régimen de Bashar Al Assad a trasladar efectivos militares destacados en las fronteras para reforzar posiciones en estas ciudades, lo que ha facilitado a los rebeldes controlar nuevos espacios, como los pasos fronterizos, especialmente los ubicados en la frontera con Turquía. Todo parece indicar que el régimen sirio se encuentra actualmente en un punto de quiebre, y la fractura final dependerá de una combinación en el aumento de las deserciones dentro del núcleo duro del régimen sirio, tanto de políticos como de militares, así como de la capacidad de resistencia y avance de los rebeldes del Ejército Libre Sirio, lo que podría llevar a la ocurrencia de un golpe de palacio, en el que factores del propio régimen derroquen a Bashar Al Assad, o a que los rebeldes logren sumar a un grupo mayoritario del Ejército regular a su causa, y sean ellos quienes terminen conquistando el poder. 



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"Anuncio hoy mi deserción de las matanzas y el régimen terrorista y anuncio que me he unido a las filas de la revolución de la libertad y la dignidad. Anuncio que a partir de hoy soy un soldado de esta bendecida revolución". 
Riad Farid Hijab ex Primer Ministro de Siria.

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"La República Islámica de Irán no permitirá que se rompa el eje de la resistencia y Siria es una parte esencial de ese eje". 
Saeed Khalili, Jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Irán.

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“Debemos encontrar la manera de acercar el día en que se termine el derramamiento de sangre y comience la transición política en Siria, pero tenemos que estar seguros de que las instituciones queden intactas”. 
Hillary Clinton, Secretaria de Estado de EEUU.

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Irán hombro a hombro con Bashar Al Assad

El martes pasado se pudo presenciar como Irán reforzó de manera pública su apoyo al régimen de Bashar Al Assad, quizás movido por el temor de que cada vez está más cercana la posibilidad de perder al único aliado que esa nación tiene en el mundo árabe. El régimen de Teherán envió hacia Damasco a Saeed Khalili, Jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Irán, un funcionario de la plena confianza del Ayatolá Alí Jamenei. El mensaje ofrecido a Bashar Al Assad, y también a sus enemigos, fue preciso y claro: que la alianza entre Teherán y Damasco es inquebrantable. Irán se vale de su alianza con Siria para influir en la política del Líbano y Palestina a través del apoyo a grupos militantes islámicos alineados con el chiísmo tales como Hezbollah y Hamas. Asimismo, se habló de que ambas naciones forman parte de un “eje de la resistencia”, el cual no permitirán que se rompa, en clara alusión a su tradicional política de enemistad hacia Israel y EEUU. Esta visita tuvo lugar dentro de un contexto de fuertes combates a lo largo de toda Siria, lo que permitió a Bashar Al Assad, en una clara maniobra propagandística, hacer pensar que mantiene el control del país y disipar los rumores sobre su salud, así como la captura por parte de fuerzas rebeldes de 48 presuntos peregrinos iraníes que resultaron ser integrantes de la Guardia Revolucionaria Iraní.



Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 Número 97 / 12 de agosto de 2012




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