El 15 de diciembre se
celebrará un referendo sobre la nueva Carta Magna egipcia, aprobada a la
carrera por la Asamblea Constituyente
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
[FRÁGIL]
Los ánimos se encuentran
caldeados en un país dividido, el cual de paso, comienza a construir una nueva
institucionalidad. Unos protestan contra el Presidente Morsi porque sospechan
que pretende coartar las libertades e imponer valores islámicos. Mientras que
los simpatizantes de Morsi, le defienden vehementemente en su intento de acabar
con todo aquello que huela al gobierno del derrocado Hosni Mubarak.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Una multitud de egipcios
gritan eslóganes durante la manifestación en contra del decreto del Presidente
Mohamed Morsi, en la emblemática Plaza Tahrir de El Cairo
El pasado 21 de noviembre
el Presidente de Egipto, Mohamed Morsi, emitió un decreto de emergencia en el
que se concedió a sí mismo unos poderes tan amplios, que se colocó por encima
de la Suprema Corte Constitucional de ese país, al impedirle derogar cualquier
decisión presidencial hasta tanto se apruebe la nueva Constitución, nombrándose
como el “guardián de la revolución”. Esto provocó que la Corte se declarara en
huelga indefinida, al verse imposibilitada de emitir un fallo sobre la
legitimidad de la Asamblea Constituyente que aprobó en apenas 16 horas, gracias
a la mayoría islamista pro-Morsi la nueva Carta Magna, tras tres meses de
discusiones estancadas y a pesar del boicot implementado por sus miembros
liberales, seculares y cristianos. Esto ha profundizado las diferencias en un
país que, tras vivir su versión de la Primavera Árabe, aún se mantiene
dividido, generando movilizaciones de masas y choques entre aquellos que
defienden a Morsi, pensando que su decreto es indispensable para salvar a la
revolución, y aquellos que le adversan, que tienen el temor, bien fundamentado,
que Morsi, al igual que su predecesor Hosni Mubarak, termine concentrando
demasiado poder.
Mucho
más que un decreto
Tanto los Hermanos
Musulmanes como sus simpatizantes, así como el propio Presidente Mohamed Morsi,
tienen la firme creencia de que los integrantes del Poder Judicial egipcio son
un remanente de la época de Hosni Mubarak del cual se tienen que deshacer; del
mismo modo, la base de apoyo a Morsi, en su mayoría islámica, ve reforzado su
deseo de tener un Presidente fuerte tras la emisión del decreto, y tras lograr
minimizar la influencia del Ejército en el mando político, sienten que es
ahora, y no en otro momento, su única posibilidad real de moldear el futuro de
Egipto para las próximas décadas. En cambio, quienes se oponen a Morsi, ven el
decreto como una maniobra que impidió que la Suprema Corte Constitucional
dictaminara como ilegítimo el proceso mediante el cual se aprobó la nueva
Constitución en la Asamblea Constituyente, y por lo tanto, no pudiera llevarse
a cabo el referendo convocado para el 15 de diciembre, y asimismo ven en este
decreto de emergencia la clara intención de Morsi de convertirse en un faraón
moderno. Por otra parte, el proyecto de Constitución que será sometido a
referendo, tiene un claro sesgo islámico, ya que faculta a los clérigos
musulmanes a supervisar la elaboración de las leyes, y restringe los derechos
de la mujer, las minorías y coarta las libertades civiles. Aunque son pocos los
sondeos de opinión disponibles en Egipto, la mayoría de ellos de escasa
confiabilidad, y los islamistas utilizan el aparato de propaganda gubernamental
para difundir información que habla de una votación holgada a favor de la nueva
Constitución, lo más probable es que se apruebe con un resultado mucho más
cerrado, y mientras más cerrado sea, mucho más difícil será para Morsi
solventar el actual estado de conflictividad en Egipto.
Las
opciones de Morsi
A medida que se acerque el
15 de diciembre, es muy probable que las manifestaciones a favor y en contra de
Morsi, así como los choques violentos entre estas masas, se incrementen. Esta
situación colocaría a Morsi en un dilema difícil de resolver, ya que serían dos
sus opciones: optar por reprimir a los opositores, arriesgándose a darle una
buena excusa al Ejército, aún poderoso en Egipto, y resentido por estar
actualmente marginado del gobierno, para intervenir en la resolución de la
situación, u optar por rectificar en sus pretensiones autoritarias para aliviar
la tensión que le genera la oposición, poniendo en peligro su base de apoyo
entre los islámicos, la cual se encuentra cimentada sobre el deseo de tener a
un Presidente poderoso, y que podría percibir como una traición el que Morsi
haga algunas concesiones a estas alturas del partido.
¿Cuál
es la postura del Ejército?
Hasta ahora el aún poderoso
Ejército egipcio ha mantenido silencio y permanece expectante desde los
cuarteles durante el desarrollo de los últimos acontecimientos políticos en
Egipto, tras el decreto de emergencia del Presidente Morsi y la cercanía del
referendo sobre la nueva Constitución. El manejo que hicieron del período de
transición, a través del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, desde la caída
de Hosni Mubarak en febrero de 2011, hasta la elección de Morsi, en junio de
2012, generó muchísimo rechazo entre la población egipcia, lo que afectó su
tradicional buena imagen. Esto facilitó que accedieran, a regañadientes, a
retirarse de la política egipcia a cambio de obtener garantía de respeto a dos
puntos de honor: tener completa autonomía en la gestión de la seguridad y
defensa de la nación, y tener inmunidad total respecto a los abusos que
cometieron durante el período de transición, ambos aceptados por los Hermanos
Musulmanes y el Presidente Morsi con el objetivo de mantener su estabilidad en
el poder. Sin embargo, en caso de caldearse aun más los ánimos entre los bandos
que apoyan y adversan a Morsi, generando una situación que provoque el
estallido de una confrontación civil violenta, es claro que el Ejército
intervendrá para restaurar el orden, incluso si el Presidente Morsi está
claramente involucrado apoyando a uno de los bandos.
Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 3 Número 114 / 09 de diciembre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario