El conflicto que actualmente vive la nación árabe ha sufrido un giro
que era impensable dos meses atrás
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[INCERTIDUMBRE]
La deserción del Primer Ministro de Siria, Riad
Farid Hijab, quien apenas tenía dos meses en el cargo, hace notar que las
fracturas dentro del régimen sirio son cada vez mayores. Y mientras los
rebeldes resisten y avanzan en sus posiciones, aumentan las dudas acerca de
capacidad de Bashar Al Assad de mantenerse en el poder por más tiempo.
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Un grupo de rebeldes pertenecientes al Ejército Libre Sirio patrullan
por las calles de la ciudad de Aleppo
En las últimas semanas los rebeldes sirios han ganado terreno de manera
espectacular frente al régimen de Bashar Al Assad, llegando a disputarle el
control de dos ciudades estratégicas, Damasco, la capital del país, y Aleppo,
la más importante económicamente, forzándole a desproteger las fronteras para
defender estos bastiones. Asimismo observamos el fracaso de la misión de
mediación del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a Siria, Kofi Annan,
quien terminó renunciado a su misión, debido a la falta de voluntad de las
partes en conflicto para sumarse a su plan de paz de seis puntos, que buscaba
lograr una salida negociada al conflicto y abrir el camino a un proceso de
transición. Por otra parte, pese al clamor de la opinión pública mundial, Rusia
y China siguen trabando la posibilidad de una intervención directa del Consejo
de Seguridad de la ONU en el conflicto, la opción impulsada por Occidente con
EEUU a la cabeza, ya que tienen temor de que se repita la experiencia vivida en
Libia, donde la OTAN, actuando más allá de su mandato de proteger a los
civiles, favoreció el avance de los rebeldes libios, quienes terminaron
derrocando a Muammar Gaddafi. Estos acontecimientos parecieran indicar que el
desenlace de esta situación está cada vez más lejos de ser por la vía de una
transición negociada y cada vez más cerca de un derrocamiento.
Factores internos que indican que el fin está
por llegar
Para poder determinar si un régimen autoritario como el sirio está
cercano a su fin, primero tenemos que conocer cuáles son las claves de su
estabilidad. A medida que esas claves se vulneran, más se acerca el fin. En el
caso de Bashar Al Assad, este se sustenta en el poder que ejerce su clan
familiar sobre la minoría alauita, la cual controla el gobierno sirio; el apoyo
de clanes familiares sunitas, que es el grupo poblacional más grande de ese
país; y la unidad y apoyo incondicional tanto de las Fuerzas Armadas como del
Partido de gobierno Baaz, que tiene el monopolio sobre el sistema político de
Siria.
Deserciones de alto nivel en el gobierno
En ese orden de ideas, el pasado lunes se produjo la deserción política
de más alto nivel en lo que va de conflicto. El Primer Ministro, Riad Farid
Hijab, quien apenas tenía dos meses en el cargo, renunció y huyó del país hacia
Turquía, anunciando previa y abiertamente, su apoyo a la causa rebelde y
acusando al régimen de Bashar Al Assad de cometer genocidio, sumándose así al
Viceministro de Petróleo, 5 Diputados al Congreso, los Embajadores en Irak,
Emiratos Árabes Unidos y Armenia, y el Encargado de Negocios en el Reino Unido.
Se resquebraja la unidad militar
Adicionalmente, cientos de militares con rangos que van desde general
hasta soldado raso, han huido del país hacia Turquía o Líbano; entre ellos
destacan el General Manaf Tlas, perteneciente al círculo de confianza del
Presidente Assad, y su padre, el General Mustafá Tlas, ex Ministro de la
Defensa y líder de un clan familiar fundamental para mantener el apoyo sunita
al régimen. También hay que destacar al Coronel Riad Al Asad, quien junto a un
grupo de militares desertores fundó el Ejército Libre Sirio, que hoy disputa al
gobierno el control de las ciudades de Damasco y Aleppo.
Rebeldes mejor armados vs Ejército que controla
menos territorio
La superioridad del Ejército de Siria fue un hecho indiscutible hasta
hace pocas semanas, la cual se sustentaba en su enorme poder de fuego, tanto
por tierra como por aire, frente a los rebeldes del Ejército Libre Sirio, el
cual sólo utilizaba pistolas, y en el mejor de los casos, algunos explosivos de
fabricación artesanal. Sin embargo, el apoyo logístico ofrecido a los rebeldes
por parte de Turquía, Arabia Saudita y Qatar, les ha permitido dar un vuelco a
la situación, iniciando con la toma por asalto de bases militares, en las
cuales sustrajeron el armamento necesario para librar una lucha mucho más
equilibrada, al menos en tierra, frente al Ejército regular, cuyos hombres aún
permanecen en su mayoría, por ahora, leales a Bashar Al Assad. Esto hizo
posible que los rebeldes incrementaran su radio de acción, desplazándose más
allá de los bastiones que mantenían bajo su control al sur del país, avanzando
hacia el norte, y conquistar posiciones hasta adentrarse en los barrios de las
dos ciudades más importantes de Siria, Damasco y Aleppo, algo impensable tan
sólo hace un par de meses atrás, y donde hoy se efectúan los más intensos
combates, forzando incluso al régimen de Bashar Al Assad a trasladar efectivos
militares destacados en las fronteras para reforzar posiciones en estas
ciudades, lo que ha facilitado a los rebeldes controlar nuevos espacios, como
los pasos fronterizos, especialmente los ubicados en la frontera con Turquía.
Todo parece indicar que el régimen sirio se encuentra actualmente en un punto
de quiebre, y la fractura final dependerá de una combinación en el aumento de
las deserciones dentro del núcleo duro del régimen sirio, tanto de políticos
como de militares, así como de la capacidad de resistencia y avance de los
rebeldes del Ejército Libre Sirio, lo que podría llevar a la ocurrencia de un
golpe de palacio, en el que factores del propio régimen derroquen a Bashar Al
Assad, o a que los rebeldes logren sumar a un grupo mayoritario del Ejército
regular a su causa, y sean ellos quienes terminen conquistando el poder.
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"Anuncio hoy mi deserción de las matanzas y el régimen terrorista y
anuncio que me he unido a las filas de la revolución de la libertad y la
dignidad. Anuncio que a partir de hoy soy un soldado de esta bendecida
revolución".
Riad Farid Hijab ex Primer Ministro de Siria.
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"La República Islámica de Irán no permitirá que se rompa el eje de
la resistencia y Siria es una parte esencial de ese eje".
Saeed Khalili, Jefe
del Consejo de Seguridad Nacional de Irán.
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“Debemos encontrar la manera de acercar el día en que se termine el
derramamiento de sangre y comience la transición política en Siria, pero
tenemos que estar seguros de que las instituciones queden intactas”.
Hillary
Clinton, Secretaria de Estado de EEUU.
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Irán hombro a hombro con Bashar Al Assad
El martes pasado se pudo presenciar como Irán reforzó de manera pública
su apoyo al régimen de Bashar Al Assad, quizás movido por el temor de que cada
vez está más cercana la posibilidad de perder al único aliado que esa nación
tiene en el mundo árabe. El régimen de Teherán envió hacia Damasco a Saeed
Khalili, Jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Irán, un funcionario de la
plena confianza del Ayatolá Alí Jamenei. El mensaje ofrecido a Bashar Al Assad,
y también a sus enemigos, fue preciso y claro: que la alianza entre Teherán y
Damasco es inquebrantable. Irán se vale de su alianza con Siria para influir en
la política del Líbano y Palestina a través del apoyo a grupos militantes
islámicos alineados con el chiísmo tales como Hezbollah y Hamas. Asimismo, se
habló de que ambas naciones forman parte de un “eje de la resistencia”, el cual
no permitirán que se rompa, en clara alusión a su tradicional política de
enemistad hacia Israel y EEUU. Esta visita tuvo lugar dentro de un contexto de
fuertes combates a lo largo de toda Siria, lo que permitió a Bashar Al Assad,
en una clara maniobra propagandística, hacer pensar que mantiene el control del
país y disipar los rumores sobre su salud, así como la captura por parte de
fuerzas rebeldes de 48 presuntos peregrinos iraníes que resultaron ser
integrantes de la Guardia Revolucionaria Iraní.
Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 Número 97 / 12 de agosto de 2012
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