110 millones de rusos están
llamados a sufragar hoy para elegir al sucesor de Dmitri Medvedev
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[CONTINUIDAD]
Este domingo 4 de marzo se
celebrará la primera vuelta de las elecciones presidenciales de la Federación
Rusa, con el propósito de elegir quién será el sucesor de Dmitri Medvedev, esta
vez para un período de 6 años, de acuerdo con la última modificación efectuada
a la Constitución de ese país. No habrá sorpresas y Vladimir Putin obtendrá una
holgada victoria que le permitirá esquivar la segunda vuelta electoral
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Una multitud
participando en una manifestación que exige unas elecciones limpias y protesta
contra el Primer Ministro ruso, Vladimir Putin, en la ciudad de San
Petersburgo
El 24 de septiembre de 2011
se celebró en la ciudad de Moscú, el Congreso del Partido “Rusia Unida”. Allí
Dmitri Medvedev, actual presidente de Rusia, propuso que su predecesor en el
cargo y mentor político, Vladimir Putin, fuera el candidato presidencial del
partido de gobierno, oferta que Putin, actual Primer Ministro, no sólo aceptó
inmediatamente, sino que al mismo tiempo ofreció que Medvedev encabezara las
listas del partido oficialista de cara a las elecciones legislativas que se
celebraron en diciembre, las cuales ganaron ampliamente y le permitió al actual
presidente convertirse en el sucesor de Putin en el cargo de Primer Ministro.
El
orden de los factores no altera el producto
Antes de
formularse estos anuncios, hubo muchas especulaciones acerca del futuro
político de Rusia, pero finalmente quedó claro que Vladimir Putin no estaba dispuesto a perder
todo el poder político que acumuló durante su estadía en el Kremlin desde 1999
tras la muerte de Boris Yeltsin, y que el escenario que muchos deseaban, un
enfrentamiento contra su amigo y discípulo Medvedev no se cumpliría. Asimismo
también terminó revelándose la estrategia diseñada por Putin para mantener el
control del poder en Rusia cuando se vio imposibilitado por ley a presentarse a
una nueva reelección en el año 2008, optando por dejar instalado a Medvedev en
la silla presidencial, manteniéndose vigilante desde la oficina del Primer
Ministro mientras se producía la reforma constitucional que le permitiría
regresar a la antigua residencia de los Zares rusos.
Los
otros candidatos
Junto a Vladimir Putin,
candidato del partido oficialista Rusia Unida, de centro derecha nacionalista y
defensor de lo que muchos han llamado “el conservadurismo ruso”, competirán en
estas elecciones Guennadi Ziugánov, representante del Partido Comunista,
Serguei Mironov del partido Rusia Justa, Vladimir Zhirinovski, abanderado del
Partido Liberal Demócrata, y Mijaíl Projorov, multimillonario y candidato
independiente.
Putin
ganará cómodamente según los sondeos de opinión
Los dos sondeos de opinión
más recientes divulgados en Rusia, y publicados esta semana, revelan que
Vladimir Putin obtendrá una victoria aplastante en las elecciones de este
domingo, librándose de la posibilidad de tener que competir contra un frente
unido opositor en la segunda vuelta. Según las cifras del Centro Levada, Putin
obtendría el 66% de los votos, mientras que su más cercano competidor, el
comunista Guennadi Ziugánov alcanzaría el 15% de los sufragios, mientras que
detrás de él se ubicarían Vladimir Zhirinovski con 8%, Mijaíl Projorov con 6% y
Serguei Mironov con 5%. Por otra parte la Fundación Opinión Pública de Rusia,
indica que la intención de voto por Putin se ubica en 58,7%, mientras que
Ziugánov obtendría 16,2%, Zhirinovski 8,8%, Projorov 8,6% y Mironov 6,1%.
La
división en la oposición ayuda a Putin a perpetuarse en el poder
Aunque la oposición a Putin y su partido Rusia
Unida se ha venido incrementando, y aún a pesar de que se han realizado
manifestaciones políticas en su contra de una magnitud en tamaño que no se
veían desde la caída de la Unión Soviética, sigue siendo un fenómeno
restringido a grandes ciudades como Moscú y San Petersburgo, en las cuales sus
habitantes pueden recibir información provenientes de medios de comunicación
independientes, como internet y televisoras del extranjero disponibles en los
sistemas de cable, a la vez que son menos dependientes de las ayudas sociales
que el gobierno otorga, cosa contraria de lo que ocurre con los habitantes de
ciudades más pequeñas o de áreas remotas como Siberia. Del mismo modo no
existen políticos dentro de la oposición, la cual se encuentra muy fragmentada,
que puedan aglutinar suficientes simpatías entre los rusos como para encabezar
un bloque unificado de la oposición y presentarse como alternativa a Putin.
Asimismo hay que mencionar que Putin mantiene unos altísimos niveles de
popularidad entre las masas rusas, quienes lo ven como la persona que acabó con
la depresión económica posterior a la caída de la Unión Soviética, la cual
trajo hambre y penurias hasta bien avanzados los años 90. El antiguo agente de
la KGB logró acabar con el caos de la Rusia postsoviética del gobierno de Boris
Yeltsin, e impuso el control del Kremlin sobre la mayoría de los aspectos de la
vida política rusa. Redujo la oposición al mínimo, restringió la libertad de
expresión y el ejercicio del periodismo independiente, mientras que se hizo con
el control de todas las instituciones públicas rusas, especialmente el sistema
judicial, que hoy en día es corrupto, y actúa como un brazo represivo del poder
ejecutivo. También hay que mencionar que con la llegada de Putin a las altas
esferas de Moscú, emergió una nueva burocracia, acomodada y adinerada, compuesta
en su mayoría por ex agentes de la KGB y ex funcionarios de la alcaldía de San
Petersburgo, donde comenzó la carrera política de Putin. Estas personas, que se
valieron de su cercanía al hasta hoy Primer Ministro y de la falta de
independencia de los poderes públicos, han logrado acumular tanta influencia,
que es una queja común entre empresarios, especialmente extranjeros, que para
concretar un negocio, es necesario tener una buena relación personal con estos
funcionarios.
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"No
permitiremos que nadie se meta en nuestros asuntos y que nos imponga su
voluntad, porque nosotros tenemos una voluntad que nos ha llevado siempre a la
victoria".
Vladimir Putin, Primer Ministro de Rusia y candidato
presidencial
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"Una segunda vuelta
inevitablemente conlleva la continuación de determinada lucha, es decir, de
cierta desestabilización de nuestra situación política".
Vladimir Putin, Primer
Ministro de Rusia y candidato presidencial
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Una pantalla
transmite el discurso del primer ministro ruso y candidato a la
Presidencia, Vladimir Putin, durante un multitudinario mitin electoral
celebrado en las inmediaciones del estadio olímpico Luzhnikí de Moscú
Curiosidades
sobre las sucesiones políticas en Rusia
Existen muchos fenómenos
históricos que se desarrollan siguiendo unos patrones tan extraños que llegan a
despertar inquietudes y hasta ser objetos de chiste entre quienes se dedican a
su estudio. En el caso de Rusia, las sucesiones políticas durante toda su
historia, primero entre los Zares, posteriormente entre los Secretarios
Generales del Partido Comunista Soviético y actualmente entre los presidentes,
se han caracterizado por seguir una serie de coincidencias que muchos asumen
como reglas empíricas.
La más famosa de ellas es
el patrón “calvo – con cabello”, y que establece que luego de un líder calvo o
con evidentes síntomas de calvicie, la sucesión en el poder corresponderá a un
hombre con cabello. Esta constante se remonta desde el año de 1855 cuando el
Zar Nicolás I (1825-1855, calvo), fue sucedido por su hijo Alejandro II (1855-1881,
con cabello) y que siguió desarrollándose de la siguiente manera (los que
sientan curiosidad pueden verificar): Alejandro III (1881-1894, calvo), Nicolás
II (1894-1917, con cabello), Georgi Lyov (1917, calvo), Aleksandr Kérenski (1917,
con cabello), Vladimir Lenin (1917-1924, calvo), José Stalin (1924-1953, con
cabello), Nikita Kruschev (1953-1964, calvo), Leonid Brézhnev (1964-1982, con
cabello), Yuri Andropov (1982-1984, calvo), Konstantín Chernenko (1984-1985,
con cabello), Mijaíl Gorvachov (1985-1991, calvo), Boris Yeltsin (1991-1999,
con cabello), Vladimir Putin (1999-2008, calvo), Dmitri Medvedev (2008-2012,
con cabello). Este domingo, de concretarse la victoria en las elecciones
presidenciales de Vladimir Putin, esta sucesión continuará al menos por un
período más.
Otros patrones menos famosos, pero igual de
llamativos son el “hombre-mujer” y “muerte natural-asesinado”. El primero de
ellos se desarrolló en el trono de los Zares rusos entre 1682 y 1801: Pedro I
El Grande (1682-1725), Catalina I (1725-1727), Pedro II (1727-1730), Ana
(1730-1740), Iván IV (1740-1741), Isabel (1741-1762), Pedro III (1762),
Catalina II La Grande (1762-1796) y Pablo I (1796-1801). El segundo de tuvo
lugar entre 1730 y 1825: Ana (muerte natural), Iván IV (asesinado), Isabel
(muerte natural), Pedro III (asesinado), Catalina II La Grande (muerte
natural), Pablo I (asesinado) y Alejandro I (1801-1825, muerte natural).
Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 Número 74 / 4 de marzo de 2012
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