Tras culminar su
peregrinación por México, El Vicario de Cristo visitará desde el lunes 26 hasta
el jueves 29 de marzo la mayor de las Antillas del Caribe
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[POLÉMICA]
Benedicto XVI será el
segundo pontífice romano que visita Cuba, tras haber hecho lo propio su
antecesor Juan Pablo II 14 años antes. Esta visita, la cual se produce en un
contexto en el que arrecian las críticas contra el régimen castrista por sus
constantes violaciones a los Derechos Humanos, tendrá consecuencias que irán
más allá de los asuntos relacionados con la fe y lo Divino
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Vista nocturna de una de
las vallas con mensajes de bienvenida al Papa Benedicto XVI en
La Habana, Cuba
Hace 14 años el Papa Juan
Pablo II visitó Cuba en el que se consideró un momento crítico para el régimen
de Fidel Castro. Era la época de lo que se conoce como “el período especial”,
en el que Cuba sufría las penurias económicas causadas por no contar más con la
ayuda proveniente de la Unión Soviética, que se había disuelto 7 años antes, en
1991. También por esa época aumentaba la presión sobre la isla para que hubiera
un cambio político. El Papa Amigo quizás pensó que su viaje produciría en Cuba y
entre los cubanos un efecto similar al de su viaje a la Polonia comunista
cuando le pidió a los polacos que no tuvieran miedo; en esta ocasión pronunció
unas palabras que tuvieron mucha resonancia a nivel mundial y que aún hoy son
recordadas: “Que Cuba, con todas sus magnificas posibilidades, se abra al
mundo, y que el mundo se abra a Cuba”. Sin embargo, sólo pudo cumplirse la
mitad de la exclamación, y al contrario de lo esperado por Juan Pablo II, su
visita terminó brindándole algo de oxígeno al régimen, y aunque se introdujeron
algunas reformas, como eliminar el ateísmo de la Constitución cubana, la admisión
de católicos en el Partido Comunista y el establecimiento de la Navidad como
día festivo, no hubo un cambio verdadero en la isla. Este lunes Benedicto XVI
llegará a Cuba en el marco de su segunda visita a América Latina, y, al igual
que sucedió con su antecesor, su estancia va a trascender más allá del plano
religioso, por lo que surgen preguntas sobre las eventuales consecuencias
políticas que pudiera generar su estancia en la isla caribeña, especialmente
tras el hecho de que el gobierno cubano liberara más de 3 mil presos, la
mayoría de ellos acusados de delitos comunes, días después del anuncio de su
visita.
Detalles
de la visita
De acuerdo con la
información difundida por la Conferencia Episcopal de Cuba, el Papa Benedicto
XVI arribará al aeropuerto de Santiago de Cuba este lunes 26 de marzo por la
mañana, proveniente de México, y será recibido por el Presidente cubano, Raúl
Castro. Ese mismo día por la tarde oficiará una misa en la Plaza de la
Revolución Antonio Maceo. El martes 27 de marzo por la mañana realizará una
visita privada al santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona
de Cuba, en ocasión de conmemorarse 400 años del descubrimiento de su imagen
por tres pescadores en una bahía al este de la isla. Ese mismo día por la tarde
viajará en avión hasta La Habana, donde será recibido por el Cardenal Jaime
Ortega; posteriormente sostendrá otro encuentro con el Presidente Raúl Castro,
en el que se espera la asistencia de su hermano Fidel, para luego desplazarse a
la sede de la Nunciatura Apostólica, donde se reunirá con todos los obispos
cubanos. Finalmente, el miércoles 28 de marzo, Su Santidad celebrará una misa
en la Plaza de la Revolución José Martí (teniendo al frente suyo una imagen
gigantesca del Ché Guevara ubicada en un edificio), poniendo así fin a su
itinerario por la mayor de las Antillas del Caribe.
Una
visita que va más allá de la fe
La visita de Benedicto XVI a Cuba ha trascendido
el escenario de la fe religiosa, desencadenando una pugna política en la que se
encuentran involucrados, unos de una manera más directa que otros, los
gobiernos de Cuba y EEUU, la Iglesia Católica, la disidencia cubana en la isla
y los exiliados cubanos que viven en Miami. En primer lugar, recientemente
desde el diario oficialista cubano Granma
se denunció la existencia de planes que ellos calificaron de subversivos,
los cuales presuntamente estarían auspiciados por el exilio cubano en Miami, y
que tendrían como propósito que la disidencia interna ejecute acciones que
politicen la visita del Papa a la isla, advirtiendo que los opositores podrían
camuflarse entre los feligreses y causar desórdenes durante las misas que
oficiará el Santo Padre. Esta acusación sirvió como excusa para arrestar a un
grupo importante de opositores que realizaban manifestaciones en distintas
iglesias de Cuba solicitando entrevistarse con el Sumo Pontífice, entre quienes
se encuentran 70 integrantes del grupo disidente “Damas de Blanco”, quienes
habían sido advertidas de que no se les permitiría la entrada a las misas que oficiará
Benedicto XVI en La Habana y Santiago de Cuba. Este grupo de mujeres ha venido
pidiendo de manera reiterada, tanto a la Nunciatura Apostólica como al
Arzobispado de La Habana, que intercedan por ellas y se les permita reunirse
con el Papa, aunque sea por unos minutos, y así exponerle como ellas son
víctimas del acoso y la represión gubernamental y explicarle la crítica
situación de los Derechos Humanos en Cuba. Por su parte el Departamento de
Estado de EEUU condenó rotundamente el arresto de las Damas de Blanco,
demandando el cese de la intimidación y persecución que el gobierno cubano
sostiene contra este grupo de mujeres, mientras que El Vaticano, a través de su portavoz oficial, anunció su
condena al embargo económico que mantiene EEUU contra Cuba, calificando dicha
medida como inútil. Mientras que el exilio cubano en Miami tiene dos posturas,
una suave, que son aquellos que creen que esta visita pudiera ir allanando el
camino para cambios más profundos en la isla, y muchos de ellos peregrinarán hasta
allá con el propósito de establecer nexos entre los cubanos de la isla y los de
Miami, y otra más dura, que critica el viaje de Benedicto XVI a Cuba porque
piensan que le da legitimidad al régimen cubano, especialmente tras la crítica
al embargo económico de EEUU, instando al Sumo Pontífice a reunirse con la
disidencia en la isla y a hacer un pronunciamiento firme contra las violaciones
a los Derechos Humanos en la isla.
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"La Santa Sede
considera que el embargo es algo que hace que las personas sufran las
consecuencias. No logra el objetivo de un bien mayor"
Federico Lombardi,
Portavoz de El Vaticano
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"Los
grupúsculos contrarrevolucionarios del país, financiados y orientados por
organizaciones de la mafia anticubana de Miami, ante la impotencia de no haber
logrado impedir la visita a Cuba de Su Santidad, han planificado acciones
provocativas"
Editorial del Diario Granma de Cuba
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Los
intríngulis políticos de la visita Papal
El principal objetivo del
régimen de los Castro con la visita Papal es incrementar su grado legitimidad y
reconocimiento, demostrando al mundo que son capaces de ser tolerantes ante
cualquier Estado o institución, siempre y cuando estos no cuestionen de manera
abierta la situación interna de Cuba. Sin embargo, los Castro, y especialmente
Raúl, están conscientes de que esta visita también puede avivar las intenciones
de aquellos que dentro del régimen buscan acelerar la implementación de
reformas que alejen a Cuba del socialismo y la acerquen un modelo similar al de
China. Por otra parte la Iglesia Católica en la isla quiere, además de divulgar
el mensaje de Cristo entre los cubanos, lograr dos cosas que para ella han sido
un anhelo desde que empezaron a mejorar sus relaciones con el gobierno cubano a
partir de la década de 1990: la posibilidad de entrar al sistema educativo, hoy
férreamente controlado por el Estado y tener presencia a través de los medios
de comunicación, para que, a través de la divulgación de su mensaje, le sea
posible participar de una manera más activa y directa en el debate social (y
eventualmente político). No obstante, para lograr esto, la jerarquía
eclesiástica en la isla deberá vencer la división que existe entre el grupo
encabezado por el Cardenal Ortega, los cuales mantienen una postura muy
cautelosa respecto a los asuntos políticos, tratando así de ganar mayor
influencia entre las altas esferas del gobierno, y un grupo de obispos,
religiosos y laicos comprometidos (como las Damas de Blanco), que denuncian las
constantes violaciones a los Derechos Humanos en la isla y abogan por un cambio
de régimen. Mientras que la disidencia cubana en la isla tiene una oportunidad
de oro, la cual no quiere desperdiciar, para poder hacer oír su voz al resto
del mundo y dar a conocer la cruda realidad cubana que muchos desconocen,
aprovechando que miles de periodistas y centenares de medios de comunicación de
todo el planeta tendrán su mirada puesta en Cuba y prestando atención a todo lo
que allí suceda por lo menos por tres días.
Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 Número 77 / 25 de marzo de 2012
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