El actual mandatario
de la nación más poderosa del planeta se impuso con una ventaja mayor a la
esperada frente a su rival republicano Mitt Romney
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[CONTINUIDAD]
Los estadounidenses hablaron claro el martes.
Decidieron darle una prórroga de cuatro años a Barack Obama para concretar los
cambios que prometió y que no pudo alcanzar en su primer año de gobierno. Para
lograrlo tendrá que sortear los obstáculos de un Congreso dividido y una
economía que no termina de recuperarse
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El presidente de EEUU, Barack Obama,
sonríe tras pronunciar su discurso de la victoria en el McCormick Place en
Chicago (Estados Unidos) anoche, martes 6 de noviembre de 2012, luego de
conocerse que fue reelecto para un nuevo período de 4 años
Una vez más las encuestas
se equivocaron. Horas antes de celebrarse las elecciones presidenciales en
EEUU, los sondeos de opinión y las proyecciones que a partir de ellos se
hacían, indicaban que la elección sería muy reñida y que Barack Obama ganaría
por un margen tan estrecho en el Colegio Electoral, que se repetiría el
escenario de la elección del año 2000, en la que el vencedor se impuso
perdiendo el voto popular. Pero el final de la historia fue muy distinto, y
Barack Obama triunfó más cómodamente de lo esperado, seguramente por la
influencia que pudo haber tenido en la opinión pública nacional su actuación frente
a la emergencia que provocó el huracán Sandy en la coste este de EEUU, que lo
percibió como un líder enérgico y proactivo en el manejo de crisis.
Los
estados “clave” fueron decisivos
Adicionalmente el principal
factor de su victoria electoral estuvo en haber obtenido la mayoría de los
estados denominados como “claves”, es decir, aquellos estados, ocho en total,
que a diferencia de los otros cuarenta y dos, nunca han mostrado una tendencia
clara y sostenida en el tiempo a favor de los demócratas o los republicanos, y
que son aquellos donde suele concentrarse el grueso de la campaña electoral. En
ellos Obama desarrolló una campaña segmentada, dirigida a captar públicos
diferenciados, léase los electores moderados, las mujeres, los jóvenes y las
minorías étnicas. De esos ocho estados clave fueron fundamentales para el
triunfo de Obama dos: Ohio y Virginia, cuyos aportes le permitieron a Obama
alzarse con 303 votos del colegio electoral, 33 por encima de lo necesario para
ganar, pudiendo ser más, ya que al momento de escribir estas líneas, aún no se
sabe el resultado en el estado de Florida.
Los
grandes retos para Obama vienen en dos frentes
En el segundo período de
gobierno de Barack Obama enfrentará importantes retos que provendrán de dos
frentes: la economía y la política exterior. Desde el punto de vista económico,
Obama está obligado a acelerar el crecimiento, requisito indispensable para
poder generar los 15 millones de puestos de trabajo necesarios para lograr
disminuir significativamente el desempleo; adicionalmente le urge reducir el
déficit fiscal para hacer frente a la enorme deuda de su país, la cual asciende
a 16 billones de dólares, y para lo que es necesario un acuerdo bipartidista en
el Congreso, que de no lograrse, podría afectar a las partidas destinadas a la
defensa y el gasto social. En materia de política exterior, la principal
prioridad será hacer frente a China tanto como competidor económico, y como
potencia emergente que amenaza la supremacía estadounidense, especialmente en
el Pacífico; otros temas de importancia será la reducción de la dependencia del
petróleo extranjero, organizar la salida militar de Afganistán sin afectar la
estabilidad de Asia central, impedir a Irán su objetivo de obtener el arma
nuclear sin recurrir a la fuerza, fomentar un acuerdo de paz entre Israel y Palestina;
pero el asunto más urgente que tiene por resolver y que es clave en la
seguridad internacional y en la estabilidad del Medio Oriente es fomentar un
cambio de régimen en Siria sin recurrir a la intervención militar.
Un
Congreso dividido por dos años más
En las elecciones
celebradas en EEUU el pasado martes, también fueron electos la totalidad de los
integrantes de la Cámara de los Representantes (435) y un tercio de las bancas
del Senado (33). Los resultados indican que se mantendrá el status quo en ambas
cámaras del Congreso de EEUU. Luego de meses de campaña, que en algunos estados
llegó a ser más intensa que la propia campaña presidencial, los republicanos
fallaron en su intento de conquistar la mayoría del Senado, mientras que los
demócratas no pudieron hacer lo propio en la Cámara de Representantes, por lo
que el balance de poder dentro del Congreso entre ambos partidos permanecerá
intacto: El Partido Republicano seguirá controlando la cámara baja, mientras
que el Partido Demócrata mantendrá en sus manos la cámara alta. Esta situación,
que durará hasta 2014, cuando se celebren las próximas elecciones
parlamentarias en EEUU, será un duro obstáculo para que Barack Obama logre
hacer realidad promesas que incumplió en su período anterior, como las reformas
migratoria y fiscal, que dependen de la aprobación del Congreso para ser
llevadas a cabo.
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“El futuro nos reserva algo mejor, siempre que tengamos el valor de
seguir intentándolo, seguir trabajando, seguir luchando”.
Barack Obama,
Presidente de EEUU
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¿Se
convertirá Puerto Rico en el estado número 51 de EEUU?
La Comisión Estatal de
Elecciones de Puerto Rico informó que los habitantes de la isla caribeña
votaron mayoritariamente a favor de convertirse en el estado número 51 de la
Unión Americana. Puerto Rico forma parte de EEUU desde 1898, al ser arrebatado
de España como parte de las reparaciones obtenidas por EEUU a consecuencia de haberles
derrotado en la Guerra Hispanoamericana. En 1952 Puerto Rico obtiene el estatus
de Estado Libre Asociado y desde entonces se han celebrado tres referendos, en
1967, 1993 y 1998, para que sus habitantes decidan sobre la vinculación de la
isla con EEUU. En esas tres ocasiones los puertorriqueños rechazaron, tanto
incorporarse como estado de la Unión, como la independencia. Pero en el
referendo celebrado este año las cosas cambiaron. Los resultados oficiales
indican que el 61,82% de los votantes se pronunciaron a favor de convertirse en
el estado número 51 de EEUU, frente al 32,89% que prefirió mantener el estatus
actual de Estado Libre Asociado y el 5,29% que apoyó la independencia. Sin
embargo, esta consulta popular tiene carácter no vinculante, ya que la última
palabra sobre el estatus de Puerto Rico la tiene el Congreso de EEUU, quienes
podrían decidir o no, si se hace otro referendo, pero esta vez de carácter
vinculante para establecer definitivamente la incorporación de la isla del
encanto como estado de la unión.
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