El actual Primer Ministro de la Federación Rusa
anunció su candidatura a la presidencia de esa nación
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[ENROQUE]
Dmitri
Medvedev, el actual presidente de Rusia, tomará el lugar de Primer Ministro que
actualmente ocupa Vladimir Putin luego de las elecciones presidenciales de
marzo de 2012, las cuales sin duda ganarán cómodamente
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No importa el cargo que
ocupen, ni la silla en la que se sienten, lo único cierto es que Vladimir Putin
(izquierda) mantuvo y consolidó su poder en Rusia durante la presidencia de
Dmitri Medvedev (derecha)
La incertidumbre que
existía dentro y fuera de Rusia sobre la sucesión presidencial llegó a su fin.
Mucho se especuló sobre si Vladimir Putin estaría dispuesto a perder el poder
que había acumulado durante una década o si se enfrentaría a su aliado el
actual presidente Dmitri Medvedev. Lo que parecía una situación digna de una
novela de Dostoyevski, en la que todos esperaban que las intrigas y la traición
tuvieran lugar, terminó resultando en la develación de un plan preconcebido
desde que Putin se vio forzado por la Constitución rusa a abandonar el poder en
2008, por lo menos formalmente, dejando la silla presidencial en manos de su
amigo Medvedev, mientras se trasladaba a la oficina del Primer Ministro.
Perpetuarse
en el poder
Aún a pesar de que la
oposición a Putin y su partido Rusia Unida está creciendo, especialmente en las
grandes ciudades como Moscú, donde los residentes pueden recibir información de
medios de comunicación independientes a través de internet y la televisión
extranjera, y son menos dependientes de las ayudas sociales que el gobierno
otorga, no existen rivales dentro de la oposición fragmentada lo
suficientemente fuertes para presentarse como alternativa al gobierno actual,
por lo que se espera que Rusia Unida obtenga una cómoda mayoría en las
elecciones parlamentarias de diciembre y Putin se imponga en las presidenciales
que se celebrarán en marzo de 2012, dados sus altísimos niveles de popularidad
entre las masas rusas, que lo asocian con el fin de la depresión económica que
les trajo hambre, miseria y penurias tras la caída de la Unión Soviética en los
años 90. El ex agente de la KGB logró transformar la Rusia postsoviética, altamente
caótica y desorganizada durante el mandato de Boris Yeltsin, imponiendo el
control del Kremlin sobre la mayoría de los aspectos de la vida pública rusa,
reduciendo a la mínima expresión a la oposición, restringiendo
significativamente la libertad de prensa y el ejercicio del periodismo y
controlando todas las instituciones públicas rusas, especialmente el sistema de
justicia, corrupto y con grandes vinculaciones al poder ejecutivo, que actúa
como el brazo represivo del poder. Asimismo, con la llegada de Putin a las
altas esferas de Moscú, surgió una nueva clase de burócratas, acomodados y
adinerados, los cuales son en su mayoría ex agentes de la KGB y funcionarios de
la alcaldía de San Petersburgo (donde comenzó la carrera pública de Putin),
quienes a la sombra de Putin, y gracias a la falta de independencia de las
instituciones públicas, han ganado muchísima influencia, tanta, que es una
queja común entre los inversionistas extranjeros que los acuerdos de negocios
para ser concretados, siempre deben cimentarse en tener una buena relación
personal con estos funcionarios. Lo cierto es que Putin está al frente de Rusia
desde 1999, primero como Jefe de Gobierno, luego entre 2000 y 2008 como
Presidente, posteriormente como Primer Ministro todopoderoso, y tras la
elección de 2012, con el nuevo período de gobierno de 6 años gracias a una
reforma constitucional, se abre la posibilidad de que permanezca en el poder
hasta el 2024, superando los 18 años en el poder de Leonid Brézhnev y
acercándose a los 30 años de Jose Stalin.
El
Legado de Medvedev
Con la llegada de Dmitri
Medvedev a la presidencia, más allá de actuar como una marioneta política de
Vladimir Putin, quien controlaba todo desde la oficina del Primer Ministro, se
produjo un viraje respecto a la visión de la política económica rusa
implementada durante el período de Putin (ver recuadro destacado). Se
privatizaron activos por un monto de 10 billones de US$, los cuales pasaron a
manos de inversionistas extranjeros occidentales durante la crisis económica global. Redujo
drásticamente el número de empresa consideradas como estratégicas, eliminó las
trabas a la inversión extranjera y colocó a Rusia en la puerta de entrada a la
Organización Mundial del Comercio.
Relaciones
Rusia – EEUU
A pesar de que la Guerra
Fría terminó hace 10 años, las relaciones que mantiene EEUU con Rusia tendrán
un carácter altamente estratégico, más allá de obvias diferencias que en
materia de política internacional existen entre ambos. El regreso de Putin a la
presidencia de la Federación Rusa, lejos de traer incertidumbre sobre el futuro
de las relaciones bilaterales entre los dos gigantes nucleares, las cuales se
vieron beneficiadas de una fácil y fraterna relación entre Barack Obama y
Dmitri Medvedev quienes prácticamente convivieron juntos sus respectivos
períodos presidenciales, seguirán el mismo camino, porque es obvio que Vladimir
Putin era el verdadero poder que dirigía Rusia detrás de la presidencia de
Medvedev, y es aún más obvio que Putin está a favor de seguir manteniendo las
relaciones amistosas con los norteamericanos.
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“Lo diré directamente: Este convenio sobre que hacer
en el futuro, ya había sido acordado entre nosotros hace ya varios años atrás”
Vladimir Putin, Primer Ministro de la Federación Rusa
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“Por otra parte, nosotros realmente discutimos este
posible desarrollo de los acontecimientos en el momento en que conformamos
nuestra unión fraternal” Dmitri Medvedev, Presidente de la Federación Rusa
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“Vladímir Putin y Dmitri
Medvédev son como hermanos siameses a los que no se puede operar. No se les
puede separar. Intentar separarlos inmersos en plena campaña electoral de Rusia
Unida o las presidenciales, equivaldría a mandarlos a pique, tanto a unos como
a otros” Guennadi Ziugánov, Presidente
del Partido Comunista Ruso
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Capitalismo
ruso a la Putin
En la década que lleva
Putin en el poder, diseñó una versión muy peculiar del capitalismo, en la cual
una línea muy delgada separa al gobierno de los negocios privados, encarceló a
los magnates que consideraba enemigos o demasiado peligrosos para sus planes de
controlar desde el Estado algunos sectores que definió como estratégicos para
la economía rusa, entre ellos las compañías petroleras, las cuales, en manos de
empresarios amigos al régimen, han logrado que la producción petrolera de Rusia
sea hoy en día mayor a la de Arabia Saudita. Su visión de cómo debe entenderse
la política económica rusa la elaboró muy bien en una serie de trabajos
académicos publicados hasta 1999, donde exponía que Rusia era capaz de crear
una gran cantidad de riqueza tras el colapso de la Unión Soviética, gracias a
la excelente dotación de recursos naturales con los que contaba, pero que ello
sólo sería posible bajo la dirección de
la mano fuerte del Estado. Inclusive sustentó que los nuevos conglomerados
económicos rusos que surgirían, bajo la dirección estatal, serían capaces de
competir de tú a tú con las grandes empresas multinacionales occidentales. Tras
el anuncio de su candidatura presidencial y su posible regreso al Kremlin (del
cual en realidad nunca salió), muchos empresarios temen que regresen las
disputas entre el deseo del control estatal y la privatización, muy a pesar de
ciertas reformas económicas impulsadas durante la presidencia de Dimitri
Medvedev (y que contaron con el visto bueno de Putin), las cuales buscaban
diversificar la economía rusa, altamente dependiente de las exportaciones de
petróleo y gas natural, mediante el fortalecimiento del sector de alta
tecnología.
Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 Número 52 / 2 de octubre de 2011
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