Este miércoles inició una
ronda de diálogos entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC a fin de
alcanzar una solución definitiva al conflicto en ese país
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[CONVERSACIÓN]
La expectativa y la
esperanza se apoderan de Colombia. Los principales diarios y cadenas de
noticias de ese país han dedicado esta semana amplios espacios para analizar el
inicio del diálogo entre el gobierno y las FARC, tras la partida a Oslo de los
equipos de negociación. En pocas palabras, todos esperan que esto sirva
realmente para poner fin a un conflicto de más de 50 años, y no resulte en
decepción e impunidad como procesos anteriores.
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El equipo de negociadores
del Gobierno colombiano en el aeropuerto militar de Catam en Bogotá, Colombia,
antes de partir hacia Oslo, Noruega, para el inicio de los diálogos de paz con
la guerrilla de las FARC
Al momento de escribir
estas líneas, ya las delegaciones del gobierno colombiano y de la guerrilla de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ya habían sostenido un
encuentro preliminar privado en la ciudad de Oslo, capital de Noruega. Allí
tuvieron inicio los diálogos de paz, cuyo propósito es poner fin, de manera
pacífica y negociada, a un conflicto que se ha extendido por más de cinco
décadas y que ha acabado con la vida de miles de colombianos. El inicio del
proceso de diálogo se produce en medio de un fuerte hermetismo, para evitar
perturbaciones externas que puedan entorpecerlo. Estos diálogos de paz son
fruto de un proceso de negociación de carácter secreto que se efectuó entre los
meses de febrero y agosto en Cuba, en la cual acordaron su inicio a partir del
mes de octubre, y en el que Noruega y Cuba actuarán como garantes del proceso
de diálogo, mientras que Chile y Venezuela fungirán como países acompañantes
del proceso.
Los
equipos de negociación
El equipo negociador que
representará al gobierno colombiano en los diálogos de paz está encabezado por
Humberto de la Calle, quien fue Vicepresidente de Colombia y Ministro del
Interior. A él le acompañarán Luis Carlos Villegas, presidente de la Asociación
de Empresarios de Colombia; Frank Pearl, quien fue Alto Consejero para la Paz
durante el gobierno de Álvaro Uribe; Sergio Jaramillo, Alto Consejero para la
Seguridad Nacional del gobierno de Juan Manuel Santos; el general Óscar
Naranjo, ex Director General de la Policía Nacional de Colombia; y el general
Jorge Mora, ex Comandante General de las Fuerzas Armadas de Colombia. Por su
parte, las FARC presentan su equipo negociador en Oslo encabezado por alias
Iván Márquez, miembro del Secretario del Estado Mayor de la guerrilla, y
acompañado por alias Marco León Calarcá, Rodrigo Granda y alias Andrés París;
cuando el proceso se traslade a La Habana, Cuba, se sumará al equipo
guerrillero Tanja Nijmeijer, la famosa guerrillera holandesa. Asimismo el
equipo negociador de las FARC está ejerciendo presión para que se permita la
inclusión en las mesas de diálogo de alias Simón Trinidad, quien se encuentra
cumpliendo una condena de 60 años de prisión en EEUU por el delito de
secuestro.
¿Estrategia
de Santos para la reelección?
Durante el gobierno de
Álvaro Uribe, de quien Juan Manuel Santos fue su Ministro de Defensa, las FARC
sufrieron duros golpes militares que acabaron con la vida de varias de sus
figuras emblemáticas y les debilitaron militarmente. Sin embargo, esto no fue
suficiente para aniquilar la insurgencia. Santos, quien llegó a la presidencia
prometiendo continuar la política de mano dura de su predecesor, la cual
mantuvo durante su primer año de gobierno, mostró un giro tras la recomposición
de las relaciones diplomáticas con Venezuela y el Presidente Hugo Chávez. Esto
fue propicio para que sus detractores, encabezados por el ex Presidente Álvaro
Uribe, arrecieran las críticas en su contra y sostengan que ese viraje causó un
incremento en los índices de inseguridad en Colombia, provocando así una caída
en los niveles de aprobación del actual mandatario colombiano. Tras el anuncio
del inicio del proceso de paz con las FARC, Santos incrementó sus niveles de
popularidad, por lo que es muy probable, en caso de lograr resultados
positivos, que enarbole la bandera de la paz como su principal oferta de
campaña para las elecciones presidenciales de 2014. Asimismo, cualquier
muestra, por más pequeña que sea, de parte de las FARC, de comprometerse con la
paz, no sólo le facilitarán la reelección, sino que servirán para desactivar
los planes del ex Presidente Álvaro Uribe, que anda al asecho de cualquier
traspié de Juan Manuel Santos para hacer efectivos sus planes de regresar
nuevamente a la Presidencia de Colombia.
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"Bajo
el liderazgo del presidente Juan Manuel Santos mis compañeros y yo tenemos la
esperanza y la idea de traer buenas noticias para Colombia".
Humberto de
la Calle, ex Vicepresidente de Colombia y Jefe de la delegación del gobierno
colombiano.
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El
rol de los garantes y los acompañantes del proceso
Los garantes del proceso de
diálogo entre el gobierno colombiano y las FARC serán Noruega y Cuba. El país
nórdico, dada su amplia experiencia en procesos de paz similares, fue escogido
como el lugar idóneo para dar inicio a los diálogos. Por su parte la isla
caribeña, dada su amplia experiencia como facilitador entre el gobierno
colombiano y los grupos insurgentes en procesos como las liberaciones de
secuestrados o el intercambio de prisioneros, se convertirá en la sede
permanente de los diálogos de paz, una vez que el proceso se traslade desde
Oslo hacia La Habana. Noruega y Cuba, como garantes del proceso de diálogo,
asumen la responsabilidad no sólo de que estos continúen, sino que lleguen a
buen término. Del mismo modo, deben estimular, en la medida de sus
posibilidades, que las partes intercambien la mayor cantidad de información
relevante que pueda facilitar un mayor entendimiento entre ellos, así como
controlar el ritmo de las negociaciones, garantizar el cumplimiento de la
agenda según el calendario, mantener centrado el diálogo en los aspectos más
relevantes, e informar al mundo, debido a la desconfianza que se tienen
mutuamente el gobierno colombiano y las FARC, acerca de los avances en los
diálogos y de los compromisos que las partes vayan adquiriendo. Por otra parte,
Chile y Venezuela fueron designados como facilitadores, y su función
básicamente es que las partes se mantengan en diálogo y no se retiren
abruptamente de la mesa, para lo cual tendrán que velar por el cumplimiento
responsable de las concesiones que se realicen mutuamente las partes y
presionarlas para que sean más flexibles en ciertos aspectos, evitando los
“puntos de honor” que generan discordia, para facilitar el entendimiento entre
ambos.
Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 3 Número 107 / 21 de octubre de 2012
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