domingo, 8 de julio de 2012

Crisis política en Paraguay revela contradicciones de la política exterior venezolana


Los sucesos en la nación guaraní ponen en relieve inconsistencias discursivas del gobierno de Hugo Chávez

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[INCONGRUENCIA]
La destitución de Fernando Lugo del cargo de Presidente de Paraguay por parte del Congreso de ese país, ha puesto en evidencia las contradicciones que existen dentro de la política exterior de Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez.   

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Desde el principio de su gobierno, Fernando Lugo se alineó con los gobiernos izquierdistas de América Latina, los cuales actúan a la sombra de su principal representante, el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez.





El pasado 22 de junio, Fernando Lugo, quien hasta ese día se desempeñó como Presidente de Paraguay, fue destituido de su cargo por parte del Senado de ese país, tras realizarse el juicio político que había sido solicitado el día anterior por parte de la cámara de diputados del Congreso Paraguayo. Este hecho ha permitido hacer visibles una serie de incongruencias presentes en la política exterior del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, a raíz de las posturas que su gobierno ha asumido frente a los sucesos en la nación guaraní.

El origen de la crisis

La crisis política guaraní tiene sus raíces en el año 2008, cuando el ex obispo es electo presidente. Lugo, quien con su triunfo electoral acabó con 60 años de dominio político del conservador Partido Colorado, y el cual fue visto como un triunfo de la izquierda, no contaba con una agrupación política propia, llegando al poder de la mano de una coalición de partidos de la más diversa tendencia llamada la Alianza Patriótica para el Cambio, cuyo principal miembro es el Partido Liberal Radical Auténtico, donde milita quien fue su Vicepresidente, Federico Franco, electo junto a él en llave, que asumió la presidencia paraguaya tras la destitución de Lugo. Las grandes diferencias ideológicas entre los liberales y Lugo no tardaron en hacerse visibles, especialmente cuando comenzó a acercarse al Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, convirtiéndose en uno de sus más cercanos aliados, lo cual junto a ofrecer arengas políticas dentro de los cuarteles militares y los famosos escándalos por hijos no reconocidos tenidos cuando era obispo, llevó a que este partido abandonara la coalición de gobierno en 2009, dejando a Lugo sin apoyo parlamentario. Asimismo, Lugo había prometido durante su campaña una reforma agraria para repartir tierras entre los campesinos que era contraria a los intereses de los grandes productores agropecuarios y terratenientes paraguayos, fuertemente vinculados al Partido Colorado, y que nunca pudo llevar a cabo por no contar con apoyo parlamentario; sin embargo esto estimuló la invasión de tierras. Una semana antes de iniciarse el proceso en el congreso, un enfrentamiento entre policías y campesinos que invadieron una finca de un senador paraguayo, que dejó un saldo de 17 muertos, fue el detonante final que desató la crisis política paraguaya que provocó la salida de Lugo del poder.

¿Golpe de Estado constitucional? ¿Institucional?

Una de las frases más repetidas por parte de los voceros del gobierno venezolano es que en Paraguay se produjo un “golpe de Estado constitucional” o un “golpe de Estado institucional” contra Fernando Lugo y que fue un proceso “ilegítimo” efectuado por el Congreso paraguayo. En primer lugar llama la atención que un gobierno que vive haciendo exaltación de los dos intentos fallidos de golpe de Estado realizados por Hugo Chávez y sus aliados en 1992, etiquete a todo lo que no le gusta como “golpista”. En segundo lugar, recordemos que un golpe de Estado está definido como la toma del poder político de modo repentino y violento por parte de un grupo, vulnerando la legitimidad institucional del Estado, violando las normas constitucionales para la sucesión en el poder. En ese sentido, en Paraguay no ocurrió ningún golpe de Estado, ya que el proceso de destitución de Fernando Lugo efectuado por el Congreso paraguayo se realizó de acuerdo con el procedimiento contemplado en el artículo 225 de la constitución de ese país, que le otorga esta facultad, de existir una mayoría de dos tercios en ambas cámaras, y sin violencia. Adicionalmente, no puede calificarse como ilegítimo el proceso, porque el poder legislativo siempre será un poder mucho más representativo que el ejecutivo, ya que además de ser electos sus miembros, e incorpora en su seno todas las corrientes políticas, no sólo las favorables al gobierno, sino las contrarias a éste, facultándole a ejercer una función de control de desempeño sobre el presidente.

¿Se irrespetó el debido proceso?

Otro de los argumentos repetidos por el gobierno venezolano, y que es uno de los que más eco tiene internacionalmente es que en Paraguay “se irrespetó el debido proceso”. Y tiene eco precisamente porque el proceso de destitución contemplado la constitución paraguaya es llamado “juicio político”, lo que genera confusión, llevando a muchos a pensar que dicho proceso tiene que efectuarse de manera similar a un juicio penal, con evacuación de pruebas, testigos, fiscal acusador y abogado defensor, varios días de deliberación y la emisión de una sentencia, cosa que no es así. Simplemente se trata de un proceso de destitución, que es igual para el resto de los altos funcionarios públicos, como el vicepresidente, los congresistas o los magistrados de la corte suprema. Es un proceso similar al que se efectuó contra Carlos Andrés Pérez en Venezuela en 1993, con la diferencia que no se requiere del antejuicio de mérito efectuado de manera previa por el máximo tribunal del país. Llama la atención que el gobierno que es acusado por ONG nacionales e internacionales, y hasta por Naciones Unidas, de la falta de independencia del poder judicial, y de tener presos por razones políticas, se dé golpes de pecho a favor del debido proceso. Del mismo modo a Paraguay se le suspendió como miembro de Mercosur y Unasur, impidiendo a su actual gobierno emitir sus argumentos y defenderse ante las acusaciones de sus socios. 

¿Y el principio de no intervención qué?

Uno de los principios más defendidos a nivel internacional por Venezuela es el de la no intervención. Se ha valido de él en numerosos foros internacionales para condenar el embargo económico que mantiene EEUU contra Cuba, o para defender al gobierno de Bashar Al Assad, responsable de la muerte de más de 15 mil personas a causa de la represión contra quienes participan de las revueltas en ese país, contra una intervención de carácter humanitario que es un clamor mundial. El gobierno venezolano tras la destitución de Fernando Lugo decidió decretar un embargo petrolero contra Paraguay, y no conforme con eso, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, estando en ese país con motivo del envío de una misión de Unasur para evaluar la situación política, se reunió con el alto mando militar paraguayo arengándolos a defender al destituido Fernando Lugo. 


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"Hay que acatarlo, (el juicio político) es un mecanismo constitucional, pero desde otras instancias organizativas seguramente decidiremos hacer una resistencia para que el ámbito democrático y participativo del Paraguay se vaya consolidando". 
Fernando Lugo, ex Presidente de Paraguay

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"En ningún caso ellos podían haber tomado contacto con el canciller nacional y mucho menos con cancilleres internacionales. Aquí no vamos a tolerar militares que quieran convertirse en deliberantes o aceptar recomendaciones (políticas) de países extranjeros"  
Federico Franco, Presidente de Paraguay

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Venezuela ingresa a MERCOSUR haciendo trampa

En el año 2006, Venezuela hizo la solicitud formal para ingresar como miembro pleno del Mercosur, básicamente motivado, más que por razones económicas, por la cercanía ideológica que mantiene el presidente Hugo Chávez con los gobiernos de los cuatro Estados miembros plenos de ese bloque comercial (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay). Para convertirse en miembro pleno del Mercosur, el protocolo de adhesión de Venezuela tiene que ser aprobado por los congresos de los cuatro miembros plenos del bloque. Este protocolo fue aprobado en 2006 por los congresos de Uruguay y Argentina, pero se bloqueado por el congreso brasileño durante 3 años, siendo finalmente aprobado en 2009. El congreso de Paraguay se convirtió así en la gran piedra de tranca para que el gobierno de Chávez lograra su anhelado objetivo de que Venezuela ingresara como miembro pleno de Mercosur, al posponer en 2009, 2010, 2011 y 2012, el debate para la aprobación del protocolo de adhesión. La razón era clara para los parlamentarios paraguayos, como lo fue en su momento para los brasileños. Sostenían que Venezuela violenta las normas de ejercicio de la democracia establecidas como requisito para ingresar al Mercosur dentro del Protocolo de Ushuaia. El pasado viernes 29 de junio, durante la cumbre de emergencia del Mercosur celebrada en Mendoza, Argentina, se aprobaron dos resoluciones. La primera de ellas suspende a Paraguay del Mercosur hasta que se celebren elecciones en ese país, justificándose en una mala aplicación del Protocolo de Ushuaia. La segunda resolución, valiéndose de la anterior, aprobó el ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur.






Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 Número 92 / 8 de julio de 2012

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