domingo, 13 de noviembre de 2011

Colombia: Cayó el cuarto rey de la baraja de las FARC

El pasado 4 de noviembre el Ejército Colombiano dio de baja a alias “Alfonso Cano”, ideólogo de la organización

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[CONTRAINSURGENCIA]
La muerte de quien heredó de Manuel Marulanda el mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, representa el segundo gran golpe propinado contra el grupo insurgente durante el gobierno de Juan Manuel Santos

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Guillermo León Sáenz, alias “Alfonso Cano”, conocido como el ideólogo de las FARC, asumió el mando del grupo insurgente tras la muerte de su líder histórico, Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo” en 2008



Alias “Alfonso Cano” era un antropólogo de clase media cuyo nombre real era Guillermo León Sáenz. Denominado como el ideólogo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ascendió al mando máximo del grupo insurgente tras producirse la muerte de su líder histórico Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”. Sobre Cano pesaban 145 órdenes de captura y una circular roja de INTERPOL bajo los cargos de  rebelión, terrorismo, homicidio, extorsión y secuestro. El pasado 4 de noviembre, un bombardeo de la Fuerza Aérea Colombiana en las zonas montañosas del municipio Suárez, ubicado en el departamento del Cauca, donde el jefe rebelde se refugiaba, le produjo serias heridas, y terminó siendo dado de baja por efectivos del Ejército colombiano que le perseguían mientras huía. La muerte de Cano representa, tras la muerte de alias “Mono Jojoy” en 2010, el segundo gran golpe contra esta guerrilla durante el gobierno de Juan Manuel Santos.

La máquina de guerra

En el mes de diciembre de 1999, el entonces presidente de Colombia, Andrés Pastrana, tras los infructuosos diálogos de paz en la zona desmilitarizada de San Vicente del Caguán, decidió crear la Fuerza de Despliegue Rápido, mejor conocida como “la máquina de guerra”, la cual ha servido como el grupo de operaciones especiales utilizada por los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, para asestar los más duros golpes contra las FARC, resultando vitales, tanto por su nivel de entrenamiento y movilidad, como por el armamento que manejan, para romper con el poderío estratégico que mantuvieron los insurgentes colombianos en el territorio del país vecino por mucho tiempo. La efectividad de este grupo de tareas ha permitido afianzar la percepción entre la opinión pública colombiana de que, contrario a lo que ocurría en la década de los 80 y los 90, los encargados de mantener el orden público en la nación neogranadina, especialmente sus fuerzas armadas, pueden alcanzar blancos armados irregulares en cualquier punto de la geografía colombiana, demostrando que son capaces de recuperar de manera definitiva, en un plazo más corto del que muchos colombianos esperaban, el monopolio legítimo de la violencia para el Estado colombiano. Asimismo, la muerte de Cano representa, por una parte, un enorme éxito para la política de seguridad democrática, instaurada por el gobierno de Álvaro Uribe y continuada por quien fuera su ministro de defensa, su ahora sucesor Juan Manuel Santos, y por otra parte, la caída del último rey de la baraja de las FARC, tras la muerte de Manuel Marulanda en 2008 y los abatimientos de Raul Reyes en 2008 y del Mono Jojoy en 2010.

Claves para un futuro triunfo contra las FARC



En un comunicado publicado tras conocerse la muerte de Alfonso Cano, el secretariado del Estado Mayor Central de las FARC rechazó la propuesta de desmovilización formulada por el gobierno colombiano, anunciando que se mantendrían en armas, por considerar que las causas que los llevaron a insurreccionarse contra el sistema político colombiano permanecen vigentes. Es por ello que el Estado colombiano, si quiere triunfar en su propósito de acabar definitivamente con las FARC, tiene que enfocarse en dos aspectos fundamentales. Primero tiene que ser capaz de brindar seguridad suficiente en las numerosas comunidades rurales que se encuentran bajo el azote y control de las FARC, en las cuales los insurgentes reclutan, muchas veces forzosamente, nuevos integrantes para su causa, además de utilizarlas como refugio, gracias a la extorsión que mantienen contra sus habitantes. En segundo lugar, tiene que consolidar una política de seguridad a lo largo y ancho de sus fronteras, ya que los irregulares podrían considerar que el mantener operaciones desde el interior del territorio colombiano podría llevarles a la captura o ser dados de baja en el mediano plazo, por lo que podrían desplazarse hasta países vecinos (Venezuela, Ecuador, Perú o Brasil), aprovechando las tupidas zonas selváticas que en dichas fronteras existen, permaneciendo ocultos por un buen tiempo y donde no puede incursionar (en teoría) el ejército colombiano.




La muerte de alias “Alfonso Cano” beneficia la imagen pública de Juan Manuel Santos, afectada por el distanciamiento con su predecesor Álvaro Uribe Vélez


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"Desmovilícense; de lo contrario, como hemos dicho tantas veces y como hemos comprobado, terminarán o en una cárcel o en la tumba" 
Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia
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“La paz en Colombia no nacerá de ninguna desmovilización guerrillera, sino de la abolición definitiva de las causas que dan nacimiento al alzamiento. Hay una política trazada y esa es la que se continuará”. 
Comunicado del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP del 5 de noviembre de 2011
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La reorganización del mando dentro de las FARC



La muerte de Cano deja un vacío dentro del mando central del grupo insurgente, el cual paralizará, de manera temporal, las operaciones guerrilleras mientras se adecúa la estructura de mando que mantiene el control sobre la organización y distribuye las órdenes, causando aislamiento entre los distintos bloques y frentes de las FARC, especialmente en la zona del Pacífico. Actualmente no cuentan con nombres representativos que ejerzan el liderazgo, por lo que puede resultar complicado que el sucesor de Cano dentro de la guerrilla tenga la capacidad de mantenerla unida. Cuando se produjo la muerte de su líder natural, Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”, dentro de las FARC se produjo una división entre las alas ideológica, representada en aquel entonces por Cano, y el ala militar, encabezada por el Mono Jojoy. Sin embargo, a pesar de las divisiones, hay dos candidatos que se perfilan como naturales para suceder a Cano. El primero en la lista es alias “Iván Márquez”, del ala ideológica, es comandante del bloque Caribe, formado en la ideología comunista, considerado un hombre radical, que fungió como negociador de paz en los gobiernos de César Gaviria, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, y muy cercano al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y a la ex senadora colombiana Piedad Córdoba. El segundo en la lista, alias “Timochenko”, del ala militar, es comandante del bloque Magdalena Medio, tiene un perfil de asesino a sangre fría y guerrero que lo hace más cercano al Mono Jojoy, es el miembro más antiguo del actual secretariado de las FARC y fue el encargado de anunciar la muerte de Tirofijo.



 Publicado en el Semanario 6to Poder / Año 2 Número 58 / 13 de noviembre de 2011

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